La
transformación por medio del Espíritu Santo
Una vez que Dios ha llegado a nuestra vidas y ha
tocado nuestro corazón, nos ha llevado a reconocer nuestros pecados, hemos por
su gracia llevado al proceso de arrepentimiento y liberación, El Espíritu Santo
por medio de la palabra nos va mostrando lo necesario para comenzar un proceso
de TRANSFORMACION (roles de la mujer y hombres de Dios en todas las aéreas).
Examinemos el concepto de la palabra TRANSFORMACION:
Transformación es la acción y efecto de transformar
(hacer cambiar de forma a algo o alguien, transmutar algo en otra cosa). El
término procede del vocablo latino transformatĭo.
Puede decirse que la transformación, por lo tanto, es el paso de un estado a otro.
Ahora bien, para comenzar el proceso de transformación
Dios necesita cambiar nuestro corazón, darnos el conocimiento, sanar cada área
de nuestras vidas y darnos la perseverancia para convertir el nuevo cambio en
hábito, esto necesario para vivir en un proceso permanente de CONVERSION.
¿Cómo
cambiará Dios el corazón del hombre?
“Os daré corazón nuevo, y pondré
espíritu nuevo dentro de vosotros; y
quitaré de vuestra carne el corazón de piedra, y os daré un corazón de carne. Y
pondré dentro de vosotros mi Espíritu, y haré que andéis en mis estatutos, y guardéis mis
preceptos, y los pongáis por obra. . . y vosotros me seréis por pueblo, y yo
seré a vosotros por Dios” (Ezequiel 36,26-28; comparar con Isaías 59,20-21).
Primer paso, un NUEVO corazón, debemos meditar en la
oración de David después de haber cometido pecado con Betsabe, en el Salmos 51,
decía el salmista: Dame un corazón limpio (un corazón conforme al Señor)..David
sabía que su pecado había cambiado su corazón, y el primer paso para seguir su
camino junto a Dios, era pedir un nuevo corazón.
Segundo paso, es el recibir un Espíritu Nuevo, todos
sabemos que el pecado nos aleja de Dios, que somos templo del Espíritu Santo,
pero si nuestro templo ha sido llenado de tinieblas, el Espíritu Santo que
debería morar en nosotros, se ha apagado, decir entonces, un nuevo Espíritu es
Pedir a Dios que renueve nuestro Espíritu. David también suplico a Dios…No te
Alejes de Mi, ni me quites tu Santo Espíritu.
Una vez que Dios nos ha bendecido con un corazón nuevo
y nos ha bendecido con su Espíritu, entonces podemos comprender y caminar bajo
su voluntad y estatutos y conforme a esto, Dios promete que seremos sus hijos y
El será nuestro Dios.
La mente
(pensamientos) en proceso de trasformación:
No es algo nuevo saber que nuestra mente es el
principal escenario de ataque de Satanás, básicamente Satanás usa los sentidos,
envía pensamientos y si esos pensamientos llegan al corazón, no queda mucho
para que se convierta en ACTOS y se consuma el pecado. Por ellos debemos tener
una disciplina con nuestros pensamientos. En la palabra de Dios, se nos ensena
a que los pensamientos de Cristo sean nuestros pensamientos, para ello
necesitamos estudiar y discernir como piensa nuestro Señor Jesucristo.
SIGNIFICA QUE PENSAMOS COMO ÉL PIENSA.
Una de las cosas más importantes que ocurren en el cristiano es su cambio de
mentalidad. Antes de conocer a Cristo, nuestros valores y nuestra manera de
entender la vida estaban lejos de la voluntad de Dios. Ahora, nuestra mente —y
nuestra vida entera, ha sido cambiada por el poder de Dios. ¿Qué significa que
nosotros pensamos como Cristo piensa? Que Él pone en nosotros
“el querer como hacer, por su buena voluntad” (Filipenses 2,13).
SIGNIFICA
QUE SOMOS GUIADOS POR EL ESPIRITU SANTO: “Y nosotros no hemos recibido el espíritu del mundo, sino el Espíritu que proviene de Dios, para que sepamos lo que Dios nos ha concedido, lo cual también hablamos, no con palabras enseñadas por sabiduría humana, sino con las que enseña el Espíritu, acomodando lo espiritual a lo espiritual. Pero el hombre natural no percibe las cosas que son del Espíritu de Dios, porque para él son locura, y no las puede entender, porque se han de discernir espiritualmente. En cambio el espiritual juzga todas las cosas; pero él no es juzgado de nadie” (1 Corintios 2,12‐15).
SIGNIFICA QUE NO DEBEMOS CONFORMARNOS AL PENSAMIENTO
DE ESTE MUNDO: “Nos os conforméis a este siglo (mundo), sino transformaos por medio de la
renovación de vuestro entendimiento, para que sepáis cuál sea la buena voluntad
de Dios, agradable y perfecta”. Con razón alguien decía, “Cambia tu manera de
pensar para que cambie tu manera de vivir”. (Romanos 12,2).
Como
protegemos nuestros pensamientos?
Colocando
en fe el “Casco de la salvación” para cubrirse la cabeza…orando,
aceptando y rechazando por el Discernimiento en el Espíritu todo la información
que llega a nuestra mente.
¿Es
necesario un esfuerzo de nuestra parte para ser transformados?
“Por tanto, amados
míos, como siempre habéis obedecido, no
como en mi presencia solamente, sino
mucho más ahora en mi ausencia, ocupaos en vuestra salvación con temor y
temblor (la respuesta es Si, y debemos hacerlo con temor y temblor” (Filipenses
2,12).
“Hijo mío, si recibiereis mis palabras, y mis
mandamientos guardares dentro de ti, haciendo estar atento tu oído a la sabiduría; si inclinares
tu corazón a la prudencia, si clamares a la inteligencia, y a la prudencia dieres tu voz; si como a la
plata la buscares, y la escudriñares como a tesoros, entonces entenderás el temor
del Eterno, y hallarás el conocimiento de Dios” (Proverbios 2:1-5). Según estas
escrituras tenemos algunas guías de cómo debe ser nuestro esfuerzo: Estar
atento para escuchar, abriendo nuestro corazón, en constante oración, son vías
para hallar el conocimiento de Dios, importante para la renovación mental y
madurez espiritual.
¿Qué
responsabilidades tenemos los que estamos siendo transformados?
“En cuanto a la pasada manera de vivir, despojaos del
viejo hombre, que está viciado conforme a los deseos engañosos, y renovaos en
el espíritu de vuestra mente, y vestíos del nuevo hombre, creado según Dios, en
la justicia y santidad de la verdad” (Efesios 4,22-24).
“Vestíos, pues, como escogidos de Dios, santos y
amados, de entrañable misericordia, de
benignidad, de humildad, de mansedumbre, de paciencia; soportándoos unos a
otros, y perdonándoos unos a otros si alguno tuviere queja contra otro. De
la misma manera que Cristo os perdonó, así también hacedlo vosotros. Y sobre
todas estas cosas vestíos de amor, que es el vínculo perfecto” (Colosenses 3,12-14).
Dios puede y está decidido a crear en nosotros su
propia naturaleza divina (2 Pedro 1,4). Por esto es que para empezar este
proceso en nosotros es tan importante nuestro arrepentimiento genuino y de todo
corazón. Tenemos que querer, con todo nuestro corazón, que haga de nosotros una
nueva persona.
Finalmente podemos resumir varios Aspectos De Esta
Transformación.
1.- Es un nuevo nacimiento (una regeneración)
efectuado por la simiente espiritual, la palabra de Dios.
2.- Es una crucifixión, una sepultura y una
resurrección (Romanos. 6,3-6). Uno muere al pecado, es sepultado en el
bautismo, resucita a vida nueva. Nueva Criaturas.
3.-Es Despojarse de una vida contaminada y vestirse de
una vida nueva y renovaos en el espíritu de nuestra mente revistiéndonos de los
nuevo, el cual conforme a la imagen del que lo creó se va renovando hasta el
conocimiento pleno.
4.-Se llama
simplemente convertirse o volver a Dios (Mateos.
18,3, "si no os volvéis y os hacéis como niños, no entraréis en el reino
de los cielos"; Hechos. 3,19, "Así que, arrepentíos y convertíos;
Hechos. 26,18, "para que abras sus ojos, para que se conviertan de las
tinieblas a la luz, y de la potestad de Satanás a Dios".)
Cuanto
deseas ser una nueva criatura?..Con cuanto anhelo deseas que tu matrimonio y
familia sean transformados por Dios?.. Te regalamos esta meditación:
Una pequeña oruga emprendió la marcha en dirección al
sol. A la vera del camino se encontraba un saltamontes.
—¿A dónde vas? —le preguntó.
Sin dejar de arrastrarse, la oruga contestó:
—Tuve un sueño anoche: soñé que contemplaba todo el
valle desde la cumbre de la gran montaña. Tanto me gustó lo que vi en el sueño
que he decidido hacerlo realidad.
Mientras la oruga se alejaba, el saltamontes,
sorprendido, se burló de ella:
—¡Estás loca! ¿Cómo vas tú a llegar hasta allá? Para
ti, que eres un simple gusano, una piedra es como una montaña, un pequeño
charco, como un mar, y cualquier tronco, como una gigantesca muralla.
La oruga oyó impertérrita sus reproches, sin dejar un
solo momento de seguir arrastrando su diminuto cuerpo. De pronto oyó la voz de
un escarabajo:
—¿A dónde vas con tanto empeño?
Bañada en sudor y jadeando, la oruga le explicó que
había tenido un sueño en el que contemplaba todo el mundo desde la cumbre de la
gran montaña, y que iba a escalarla para que ese sueño se hiciera realidad.
El escarabajo soltó la carcajada y dijo:
—Ni yo, con estas patas tan grandes que tengo,
intentaría realizar algo tan ambicioso.
Del mismo modo, a medida que la determinada oruga
avanzaba centímetro por centímetro, la araña, el topo y la rana le aconsejaron
que desistiera en su empeño.
—¡Ni en el jamás de los jamases podrás lograrlo! —le
advirtieron.
Pero en lo más recóndito de su ser había un impulso
que la obligaba a seguir adelante. Ya agotada y exánime, decidió detenerse a
descansar. Con las pocas fuerzas que le quedaban, construyó un lugar donde
pasar la noche. «Aquí estaré mejor», dijo. Pero durante la noche, murió.
Todos los animales del valle fueron a ver sus restos.
¡Ahí yacía, impasible en el refugio que era su concha, la criatura más loca de
la creación! Había construido como su tumba un monumento a la insensatez, digno
de quien muere por una ilusión.
Una mañana de sol resplandeciente los animales
volvieron a congregarse en torno a aquello que se había convertido en una
advertencia para los atrevidos.
De pronto quedaron atónitos. La concha dura comenzó a
quebrarse, y vieron unos ojos y unas antenas que no podían ser las de la oruga
que creían muerta. Poco a poco, como para darles tiempo de salir de su asombro,
fueron saliendo las hermosas alas de mariposa de aquella impresionante criatura
que tenían enfrente, la que realizaría su sueño, el sueño por el que había
vivido, por el que había muerto y por el que había vuelto a vivir.
Así como
Dios predestinó a las orugas a convertirse en lindas mariposas, también nos
predestinó a los seres humanos a ser transformados conforme a la atrayente
imagen de su Hijo.
1 En otras palabras, Dios ha determinado que nuestro
verdadero destino sea la gloria. Pero para llegar a esa gloria que nos tiene
preparada, tenemos que seguir a Cristo, su Hijo. Porque de aquí a la gloria
Cristo quiere transformarnos mental y espiritualmente,
2 y antes de nuestra llegada, físicamente también. Ese
día, cuando parezca que hemos muerto, Él transformará nuestro cuerpo mortal en
un cuerpo aún más glorioso que el de la mariposa, pues el nuestro no será
frágil y perecedero, sino fuerte e inmortal.
3 ¡Y en ese cuerpo glorificado coronaremos la gran
montaña celestial!
(Meditación escrita por el hermano Pablo)
M.S ( Ministerio Mujer Tu Fe Te Ha Sanado)
Con Amor