Pero tú, Señor Soberano, trátame bien
por causa de tu nombre; líbrame por tu bondad y gran amor. Ciertamente
soy pobre y estoy necesitado; profundamente
herido está mi corazón. Me voy desvaneciendo como sombra
vespertina; se desprenden de mí como de una langosta.
Hace algún tiempo tuve un sueño, en mi sueño veía un
lugar con rejas, custodiado por un hombre de estatura alta y vestido de negro,
como un guardián, además había un perro muy bravo y grande también. Resulte en
la puerta de ese lugar y aunque el perro ladraba ferozmente, yo tenía una autorización
para entrar a ese lugar sin ser lastimada. Entre y subí unas pequeñas escaleras,
llegue a una habitación y encontré en una cama como de hospital a un hombre, ese
hombre estaba convaleciente, me acerque un poco confundida y adolorida por ver
tal imagen, en eso quite la sabana que lo cubría y vi una herida en su corazón,
era una llaga, algo sumamente feo que espanto mi ser al punto de causarme un
inmenso dolor. Casi inmediatamente también una mano sobre esa herida que la
sanaba…allí desperté.
Aunque sabía que era lo que
Dios quería mostrarme, no había tenido una revelación exacta de mi sueño hasta
que vi de cerca hombres heridos por las actuaciones de sus esposas, en palabra,
hecho y hasta con su omisión de muchas cosas. Cuando hemos sido heridos tenemos
dos caminos, odiar y vengarnos por el dolor causado, o perdonamos hasta llegar
a olvidar la ofensa y liberarnos de todo aquello que el diablo quiere que
vivamos para incluso no ser perdonados, pues a la medida que perdonamos seremos
perdonados y libres de muchas maldiciones.
Es tan real esta situación,
que el guardián y perro que custodiaban ese lugar es precisamente el mal que
ata las personas que aun no logran perdonar las ofensas de otros y que los
mantienen enfermos tirados en una cama. Porque el diablo se aprovecha de esto? Simple,
el diablo conoce la palabra de Dios, sabe que seremos perdonados y
transformados si nos dejamos sanar, si entendemos que perdonando seremos
perdonados y libres. Que el odio y la venganza nos hacen ciegos y manipulables
para seguir cometiendo pecados tras pecados. También sabe que con estas
ataduras, no lograremos abrir el corazón para entrar en un proceso de conversión.
Esta heridas en los pródigos
causan mucho malestar y tormento, a tal punto que podemos notar su rabia en
contra de aquellos que hemos decidido pararnos en la brecha. Mentiras y
exageraciones sobre lo sucedido son las justificaciones que usan para mantener
sus planes de permanecer en adulterio o lejos de su hogar. La verdad es la
falta de perdón, por eso es importante pedirle la oportunidad a Dios de pedir perdón
personalmente a ellos por todo aquello con que hayamos ofendido, con
arrepentimiento sincero y de corazón. Hacer la reparación correspondiente,
Como?, en primer lugar con nuestras oraciones, en segundo lugar evitar caer en
estas mismas trampas, en mostrar comprensión y paciencia a esa persona a la que
herimos como muestra del amor incondicional, el resto dejarlo en manos de Dios.
Entonces debemos saber que
dentro del proceso de lucha debemos pedirle al Señor por esos corazones
heridos, debemos tomar la autoridad que Dios nos ha dado mediante nuestro Señor
Jesús y entrar a ese lugar de cautiverio para ayudar a la sanación de ese corazón,
sanándolo con nuestro perdón, oración, amor y paciencia. No podemos caer en la
trampa del enemigo en actuar de la misma manera que hace actuar a nuestra
pareja, aunque duela la ofensa, es mejor guardar silencio y orar hasta que ese corazón
sea sanado.
Oremos:
Padre de la Gloria, hoy
entiendo cuánto daño hay en el pecado, por eso ante ti pido perdón por todas
las ofensas, malos tratos y desamor que he tenido hacia mi esposo (a). Dame la
oportunidad de hacérselo saber, dame la oportunidad de pedirle perdón al
el/ella también. Libera a mi esposo(a) de ese dolor, sanando y pasando tu mano
poderosa sobre su corazón, para que el/ella pueda ser libre de la mentiras, de
la manipulación, del odio, la arrogancia y la soberbia que mantiene al enemigo
aun dirigiendo su vida. Hoy en fe lo pongo en el costado derecho de nuestro Señor
Jesús, donde está la llaga causada por la lanza que lo atravesó y en Fe se que será
sanado en el Poderoso Nombre de tu amado hijo Jesús. Amen
Lucas 6 36-38 (NVI)
Sean compasivos, así como su Padre es compasivo.
El juzgar a los demás
»No juzguen, y no
se les juzgará. No condenen, y no se les condenará. Perdonen, y se les
perdonará. Den, y se les dará: se les
echará en el regazo una medida llena, apretada, sacudida y desbordante. Porque
con la medida que midan a otros, se les medirá a ustedes.»
Con Amor y Oraciones.
M.S
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