Tuesday, May 19, 2015

Los tres temores del prodigo.




Los temores y los miedos son palabras sinónimas, que se pueden definir como una respuesta natural ante algún peligro, es una sensación desagradable que atraviesa el cuerpo, la mente y el alma. Se puede deber algo que paso, que está pasando o está por suceder. Los miedos tienen una cuota positiva en nuestras vidas, pues pueden ser alarmas que nos permitan alejarnos o esquivar cualquier situación de peligro. 


 Los temores que van más a allá de representar algo positivo para nuestras vidas son los que manipula el enemigo para paralizarnos, agotarnos y robarnos las esperanzas. Aquellos que nos sirven como advertencia ante algún peligro son los que Dios cuida y alimenta en nosotros para que seamos prudentes y precavidos ante cualquier situación que pueda causarnos algún daño.


Me gusta mucho la parábola del hijo prodigo para graficar un poco sobre estos miedos o temores que sufren no solo los pródigos, si no nosotros mismos: Lucas 15 11-32


Un hombre o mujer que ha dejado su hogar, que tal vez esta en adulterio, que trato mal a su pareja e hijos, que no cumplió con la manutención, que tal vez mintió en contra de su familia para justificar sus actos, etc. Sabe que ha actuado mal, aunque sus palabras e incluso sus actos no nos lo dejen ver, la conciencia se lo recuerda en cada instante, El Espíritu Santo esta activado 24 horas del día para hacerlo. El primer miedo que lo ataca y que manipula el enemigo para que este hombre o mujer permanezca en el fango es: EL TEMOR AL RECHAZO.

Los seres humanos desde la antigüedad hemos aprendido que para pertenecer o ser aceptado en cualquier sociedad, grupo o institución debemos manejarnos según reglas y valores. Claramente para los cristianos también es así. Sin embargo, Dios nos enseña sobre el perdón y la aceptación, aunque somos pecadores, Dios Padre siempre tendrá las puertas abiertas para aceptarnos en su corazón y enseñarnos como ser sus hijos. Lo primero es la ACEPTACION, sin importar que haya pasado, o que tan mal hayamos actuados, luego viene el proceso.

Para el diablo, el miedo al rechazo es una arma que usa para mantenernos paralizados, pensamientos tales como: Tú crees que tu familia te perdonara?, mira todo lo que has hecho. Jamás te aceptaran, van insultarte y juzgarte etc.. Esta lucha de pensamientos que envía el diablo a los prodigo causa un temor muy grande que podría desarrollar peores conductas en los pródigos, como por ejemplo: La Rabia, las mentiras tras mentiras, etc.

Cuando el hijo prodigo gasto su herencia y sobre vino a él la escases, el primer paso no fue pensar en ir a la casa de su Padre, sino trabajar de lo que fuera para sobrevir, es obvio que el diablo manipulo sus pensamientos haciéndole creer que iba a ser rechazado, juzgado y peor aun expulsado. El hombre naturalmente evitara aquello que le pueda causar dolor.


Otros de los miedos en los pródigos es que su ROL (Esencia)  SEA QUITADO…rol de Padre, de hijo, de esposo, de esposa, etc..


Lo podemos notar cuando el hijo prodigo dice a su Padre: YA NO MEREZCO QUE ME LLAMEN HIJO..esa falsa humillación que no tiene nada que ver con la humildad que trata Dios de inculcarnos , viene del enemigo, que a través de pensamientos y situaciones le hace creer al prodigo que haga lo que haga, regrese o no, sus hijos no lo verán como Padre, su esposa (o) no lo verá como tal, que su Padre jamás le volverá a decir o tratar como hijo.  Alguien que tiene clara su autoridad no se deja engañar fácilmente, es por eso que el diablo lo desnuda quitándole su autoridad para lograr manipularlo y llevarlo por caminos de perdición. Luego usa esta arma para crear temor y evitar que vuelva a sentirse, esposo, padre, hijo etc..Para Dios es diferente, un hijo por muy pecador que sea o por muy mal que haya hecho siempre será un hijo, tan importante como otros de sus hijos.


El ultimo temor que siente el prodigo es : QUE LO CASTIGUEN ( que le hagan lo mismo que el hizo). El diablo es astuto te envuelve con miles de justificaciones para que te acomodes a una situación de pecado, luego te atormenta sobre el castigo que mereces por haber hecho lo que él te sugirió hacer. Ojala cada uno de nosotros pudiésemos ver este juego de maldad y destrucción en nuestras vida, es tan increíble ver que muchos aun están ciegos diciendo lo que es bueno para mí, puede ser malo para ti y lo que es malo para mi es bueno para ti!, No, hay una gran diferencia entre lo bueno y lo malo y es para todos no para un grupo determinado.


Esto podemos verlo en la parábola del hijo perdido, el hijo que regresaba apenado, arrepentido, sucio, sin nada de dinero y luego de un mal tiempo, es recibido con lo mejor, con fiesta, con alegría..Creo que esto jamás se lo imagino, esto es lo que nos enseña Dios y su amor, este es el verdadero perdón. Sin embargo a diferencia está la reacción que trata de causar el enemigo, Mira tu hermano, quejándose y tratando de convencer a tu padre que te castiguen. 


Muchas veces he sido testigo de hombres que han regresado a sus hogares y temen que la esposa, no solo lo rechace y no lo reconozca como su esposo, si no que más adelante se consiga otro hombre y le haga lo mismo que el lamentablemente hizo.


Por eso es importante no solo orar por esto miedos en los pródigos, sino que pidamos sabiduría a Dios sobre cómo actuar en contra de estos miedos. No podemos rechazar pues Dios Padre jamás nos rechazaría, No podemos quitar roles u autoridad porque Dios es aquel que nos lo ha otorgado. Finalmente no podemos vengarnos porque Dios no es un Dios de venganza sino de amor.


Oremos: Padre quita todo temor en la mente, cuerpo y alma de mi esposo. Revela tu gran amor y afianza sus pasos cubriéndolos con la Sangre Preciosa de tu Amado hijo Jesús para que pueda ver con claridad el camino de regreso a casa. Dame a mí la sabiduría, el amor, la compresión para recibirlo como tú lo has hecho en tu corazón, hagamos una fiesta grande con todos los Ángeles del cielo para celebrar que un hijo tuyo que estaba perdido ha regresado a ti y nuestro hogar en el Nombre de Jesús. Amen


Parábola del hijo perdido


11 »Un hombre tenía dos hijos —continuó Jesús—. 12 El menor de ellos le dijo a su padre: “Papá, dame lo que me toca de la herencia.” Así que el padre repartió sus bienes entre los dos. 13 Poco después el hijo menor juntó todo lo que tenía y se fue a un país lejano; allí vivió desenfrenadamente y derrochó su herencia.
14 »Cuando ya lo había gastado todo, sobrevino una gran escasez en la región, y él comenzó a pasar necesidad. 15 Así que fue y consiguió empleo con un ciudadano de aquel país, quien lo mandó a sus campos a cuidar cerdos. 16 Tanta hambre tenía que hubiera querido llenarse el estómago con la comida que daban a los cerdos, pero aun así nadie le daba nada. 17 Por fin recapacitó y se dijo: “¡Cuántos jornaleros de mi padre tienen comida de sobra, y yo aquí me muero de hambre! 18 Tengo que volver a mi padre y decirle: Papá, he pecado contra el cielo y contra ti. 19 Ya no merezco que se me llame tu hijo; trátame como si fuera uno de tus jornaleros.” 20 Así que emprendió el viaje y se fue a su padre.
»Todavía estaba lejos cuando su padre lo vio y se compadeció de él; salió corriendo a su encuentro, lo abrazó y lo besó. 21 El joven le dijo: “Papá, he pecado contra el cielo y contra ti. Ya no merezco que se me llame tu hijo.” 22 Pero el padre ordenó a sus siervos: “¡Pronto! Traigan la mejor ropa para vestirlo. Pónganle también un anillo en el dedo y sandalias en los pies. 23 Traigan el ternero más gordo y mátenlo para celebrar un banquete. 24 Porque este hijo mío estaba muerto, pero ahora ha vuelto a la vida; se había perdido, pero ya lo hemos encontrado.” Así que empezaron a hacer fiesta.
25 »Mientras tanto, el hijo mayor estaba en el campo. Al volver, cuando se acercó a la casa, oyó la música del baile. 26 Entonces llamó a uno de los siervos y le preguntó qué pasaba. 27 “Ha llegado tu hermano —le respondió—, y tu papá ha matado el ternero más gordo porque ha recobrado a su hijo sano y salvo.” 28 Indignado, el hermano mayor se negó a entrar. Así que su padre salió a suplicarle que lo hiciera. 29 Pero él le contestó: “¡Fíjate cuántos años te he servido sin desobedecer jamás tus órdenes, y ni un cabrito me has dado para celebrar una fiesta con mis amigos! 30 ¡Pero ahora llega ese hijo tuyo, que ha despilfarrado tu fortuna con prostitutas, y tú mandas matar en su honor el ternero más gordo!”
31 »“Hijo mío —le dijo su padre—, tú siempre estás conmigo, y todo lo que tengo es tuyo. 32 Pero teníamos que hacer fiesta y alegrarnos, porque este hermano tuyo estaba muerto, pero ahora ha vuelto a la vida; se había perdido, pero ya lo hemos encontrado.” »

Con Amor y Oraciones

M.S

I coming Home!

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