Saturday, October 3, 2020

¿Aun no estoy lista?

 Pedro se acercó a Jesús y le preguntó: Señor, ¿cuántas veces tengo que perdonar a mi hermano que peca contra mí? ¿Hasta siete veces? No te digo que, hasta siete veces, sino hasta setenta y siete veces[a] —le contestó Jesús—. (Mateo 18,21-22)

Bendiciones querida hermana en Cristo. Usted me pregunta: Mi pareja ha estado dando paso para acercarse, hemos tenido algunas convivencias las cuales han sido muy buenas. Pero cuando él tiene que alejarse, por cuestiones de su trabajo, comienza a atacarme la depresión, pues siento que el no esta haciendo lo suficiente para restaurar la relación.

Leyendo su correo, me doy cuenta de que su pareja la hirió en el pasado, estuvieron separados por más de un año y ahora él está tratando de acercarse. Incluso entiendo que el está dispuesto a intentar restaurar la relación de ustedes.

Lo que puedo comenzar a decirle es que tanto la espera (separación) como la restauración son procesos sumamente difíciles, muchas veces por desconocimiento, cometemos muchos errores, dañando la relación, buscar un culpable, o quién es el mayor culpable, no es algo que sea de importancia. Para Dios pecado es pecado, errores son errores, dolor es dolor etc… de la misma manera a la hora de perdonar, cuando nos acercamos a Él, en convencimiento de pecado y arrepentimiento sincero, a través de Jesús somos perdonados, y somos perdonados tantas veces sea necesario.

En lo personal lo veo de la siguiente manera: Supongamos que hemos cometido una falta de tránsito, el policía nos da una multa y además tenemos que ir a la corte para tratar nuestro caso. Al Juez ver nuestra infracción, el reconocimiento de la falta y la convicción de no volverlo hacer, revisa la multa y dicta que: Somos perdonados, no debemos pagar la multa y además no dejará el caso abierto. De esta misma manera nos sucede o deberíamos hacer ante la falta de otros. Lo que sucede es que al enemigo le encanta llevarnos a esos pensamientos doloroso por lo cuales pasamos, comenzamos a sentirnos triste y por consiguiente tratamos de pensar que la otra persona NO ESTÁ HACIENDO LO SUFICIENTE PARA OLVIDARNOS DE ESA FALTA, DOLOR, O SITUACIÓN. Esto querida hermana, es incorrecto, pues la responsabilidad de sanación no está en la persona que nos hirió, está en nosotras mismas. Nada de lo que la otra persona haga en pro, será suficiente para hacernos sentir sanadas. Claro esta en que su pareja debe estar mostrando cambios, disposición y corazón abiertos, para que ambos se ayuden a sanar.  Solo Junto a Dios seremos capaces de sanar completamente esa herida. Es obvio que esto trae una carga para usted y para su pareja. ¿Por qué? Pues usted se sentirá triste, dolida (debido a los pensamientos que el enemigo le trae) y su pareja se siente impotente, cargado, incapaz etc…de reparar el daño, causando nuevos de problemas. El ladrón no viene más que a robar, matar y destruir; yo he venido para que tengan vida, y la tengan en abundancia. (Juan 10,10)

Junto a Dios comenzamos un proceso de sanación, esto incluye nuestro reconocimiento de pecado, de nuestros propios pecados y el perdonar a Diario las faltas que nos han herido. Estamos listos cuando logramos aprender de este proceso, cuando abrimos el corazón a perdonar o extender perdón, es decir, no dejamos que el rencor se instale en nuestro corazón. Claro está, Solo Dios sabe cuando es el tiempo perfecto para recibir aquello por lo que hemos orado. Porque el corazón de este pueblo se ha vuelto insensible; se les han embotado los oídos, y se les han cerrado los ojos. De lo contrario, verían con los ojos, oirían con los oídos, entenderían con el corazón y se convertirían, y yo los sanaría”. (Mateo 13,15). Si se fija en estas palabras, el corazón se vuelve insensible, es decir, incapaz de dar buena dádiva y recibir sanación. Pero si abrimos nuestro corazón, vemos con los ojos de la Fe, escuchemos a Dios en vez de escuchar al enemigo, entonces vendrá la sanación. Como puede ver es un proceso, y en este proceso el enemigo puede hacernos dudar y retroceder, pero si volvemos a entender con el corazón y agarramos de la palabra de Dios, entonces fluirá el perdón y la sanación.

Si usted está experimentando cambios en su pareja, si hay mas compromiso en restaurar la relación, si están compartiendo más, si el esta siendo más comunicativo y sincero…No deje que la ansiedad, ni los pensamientos negativos detengan el proceso de restauración. Recuerde su pareja también está en un proceso. Hay que vivir un día a la vez, hay que elevar las buenas acciones entre ambos para silenciar el dolor del pasado, hay que ser más comprensivos, hay que perdonar más que antes, hay que comunicarse y hacer nuestros acuerdos, pues el enemigo está allí, esperando volver a engañar para dividir.

  Si alguno ha causado tristeza, no me la ha causado sólo a mí; hasta cierto punto —y lo digo para no exagerar— se la ha causado a todos ustedes.  Para él es suficiente el castigo que le impuso la mayoría.  Más bien debieran perdonarlo y consolarlo para que no sea consumido por la excesiva tristeza.  Por eso les ruego que reafirmen su amor hacia él.  Con este propósito les escribí: para ver si pasan la prueba de la completa obediencia. A quien ustedes perdonen, yo también lo perdono. De hecho, si había algo que perdonar, lo he perdonado por consideración a ustedes en presencia de Cristo, para que Satanás no se aproveche de nosotros, pues no ignoramos sus artimañas. (2 Corintios 2, 5-11)

 

Saludos y oraciones. 

No comments:

Post a Comment