Las Santas Escrituras es un conjunto de libros canónicos que
en el judaísmo y el cristianismo se consideran producto de inspiración divina y
un reflejo o registro de la relación entre Dios y la humanidad. Por consiguiente,
nos ayuda a conocer a Dios, la relación de Dios con nuestros antepasados, nuestra
historia y todo aquello relacionado con la relación Padre, hijo y Espíritu Santo.
Muchas de las leyes de nuestros países están basadas en los
escritos, por ejemplo, los 10 mandamientos. Un ejemplo de ellos con los delitos
tales como matar, robar, etc.
En 1 Corintios 4, nos habla que solo Dios Padre es Juez. Jesús
fue enviado para interceder y ser salvos. Nuestra naturaleza pecaminosa, nos impide
ser Santos, solo a través de Jesús y su GRACIA podemos alcanzar el perdón de
los pecados y entrar al cielo. Por tanto, hermanos, sepan que por medio de
Jesús se les anuncia a ustedes el perdón de los pecados. Ustedes no pudieron ser justificados de esos
pecados por la ley de Moisés, pero todo el que cree es justificado por medio de
Jesús. (Hechos 13, 38-39)
Ahora bien, Jesús a pesar de ser un Santo Juez, no vino a
juzgarnos, si no a liberarnos, sanarnos e instruirnos.
Entonces él se
incorporó y le preguntó:
—Mujer, ¿dónde están? ¿Ya nadie te condena?
—Nadie, Señor.
—Tampoco yo te condeno. Ahora vete, y no vuelvas a pecar.
(Juan 8)
Sin embargo, podemos decir que, en la palabra de Dios,
conocemos la ley, sus decretos, y su jurisprudencia. ¿Qué es la jurisprudencia?
La jurisprudencia es el conjunto de sentencias y demás
resoluciones judiciales emitidas en un mismo sentido por los órganos judiciales
de un ordenamiento jurídico determinado. Tiene un valor fundamental como fuente
de conocimiento del derecho positivo, con el cual se procura evitar que una
misma situación jurídica sea interpretada en forma distinta por los tribunales;
esto es lo que se conoce como el principio unificador o unificado.
No creo en pedir o solicitar Justicia a Dios, si Jesús vino
para darnos libertad, perdón a través de su Gracia etc., en la mano de Dios
Padre quedará Juzgar y sentenciar alguna situación en mi vida. Apelo por
solicitar en humildad la solución, en orar basada en sus promesas, y su
palabra. (resolución de situaciones descritas en la biblia). Si lo miramos de
esta manera entonces podremos hablar de jurisprudencia, Dios miró una situación
y sentenció. Para la abogacía, esto es un precepto para un juez sentenciar un
caso. Es por eso por lo que es importante conocer la palabra de Dios, sus
promesas y sobre todo las maravillas de sus milagros.
Creo en el poder de orar y meditar en la palabra de dios,
las escrituras dicen que la palabra es VIDA, que lo que hablemos bendecirá o maldecirá.
Para lograr orar y meditar, es muy importante que leamos la biblia. Siempre,
aunque hayamos leído algún pasaje, siempre encontraremos alguna revelación que
nos ayudará o instruirá en nuestro caminar. Por ejemplo: me gusta mucho orar
con el siguiente pasaje bíblico:
Jesús y la pesca milagrosa (Juan 21, 1-14)
Después de esto Jesús se apareció de nuevo a sus discípulos,
junto al lago de Tiberíades. Sucedió de esta manera: Estaban juntos Simón Pedro, Tomás (al que
apodaban el Gemelo, Natanael, el de Caná de Galilea, los hijos de Zebedeo, y
otros dos discípulos.
—Me voy a pescar —dijo Simón Pedro.
—Nos vamos contigo —contestaron ellos.
Salieron, pues, de allí y se embarcaron, pero esa noche no
pescaron nada.
Al despuntar el alba
Jesús se hizo presente en la orilla, pero los discípulos no se dieron cuenta de
que era él.
—Muchachos, ¿no tienen algo de comer? —les preguntó Jesús.
—No —respondieron ellos.
—Tiren la red a la derecha de la barca, y pescarán algo.
Así lo hicieron, y era tal la cantidad de pescados que ya no
podían sacar la red.
—¡Es el Señor! —dijo a Pedro el discípulo a quien Jesús
amaba.
Tan pronto como Simón Pedro le oyó decir: «Es el Señor», se
puso la ropa, pues estaba semidesnudo, y se tiró al agua. Los otros discípulos
lo siguieron en la barca, arrastrando la red llena de pescados, pues estaban a
escasos cien metros de la orilla. Al desembarcar, vieron unas brasas con un
pescado encima, y un pan.
—Traigan algunos de los pescados que acaban de sacar —les
dijo Jesús.
Simón Pedro subió a
bordo y arrastró hasta la orilla la red, la cual estaba llena de pescados de
buen tamaño. Eran ciento cincuenta y tres, pero a pesar de ser tantos la red no
se rompió.
—Vengan a desayunar
—les dijo Jesús.
Ninguno de los discípulos se atrevía a preguntarle: ¿Quién
eres tú?, porque sabían que era el Señor. Jesús se acercó, tomó el pan y se lo
dio a ellos, e hizo lo mismo con el pescado. Esta fue la tercera vez que Jesús se apareció
a sus discípulos después de haber resucitado.
Pedro estaba en una profunda tristeza, Jesús había sido
crucificado. Anteriormente Pedro era pescador, pero cuando Jesús lo llamó a seguirlo,
dejo este oficio para convertirse en su discípulo. Muchas veces ante las
abrumadoras situaciones, nos sentimos abandonados, debido a nuestras caídas también
podemos sentir que negamos a Jesús. El enemigo sabe de esta situación, incluso
tal cual lo hizo Pedro, regresamos a nuestra antigua naturaleza. Todo el
panorama pareciera un gran retroceso. Si meditamos bien, estoy casi segura de
que muchos nos hemos sentido de esta manera ante las diferentes pruebas.
Pero recuerdo esta escritura de Juan 21, y oro: Padre vengo
a ti con una gran tristeza, siento que mi situación no tiene salida, entonces
medito en la palabra escrita en Juan 21 cuando Pedro volvió a pescar con el
ánimo caído debido a tu muerte. Pero tu en tu inmenso amor te apareciste, y le dijiste
donde pescar, además de eso preparaste un desayuno para tus discípulos, así es
que yo creo que Tú has resucitado, que me instruyes (Tal problema o situación)
y entonces mis redes (situación) se llenaran, se multiplicará la bendición y
estaremos más unidos que nunca compartir mi testimonio de resurrección junto a
ti mi buen Jesús.Mi testimonio será la luz en las tinieblas de muchos para que se conviertan a ti, Gracias Señor Amén
No olvidemos para cada situación la solución está solo a una
oración de distancia. Nuestro Padre no deja de escucharnos, nuestras oraciones
no desaparecen. Lo que si puede suceder es que pasemos por un proceso y en el
tiempo perfecto de Dios serán respondidas.
¡Ten fe hermano!
Saludos y oraciones
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