¡Hermana en Cristo!
Qué Dios abra su entendimiento y usted pueda ver las maravillas que Dios nos
tiene preparado como laicos comprometidos y en santidad.
Usted me comparte una inquietud que tiene sobre un mensaje que conteste
invitando crear un ministerio de intercesión profética. El que usted no haya
escuchado sobre la intercesión profética, eso no quiere decir que no
exista dentro de nuestra Iglesia Católica.
La Iglesia tiene riqueza en enseñanza y podemos aprender por medio de este
documento de nuestra Iglesia que es un verdadero tesoro. ¿Qué le dijo Dios
a Óseas? Mi pueblo languidece por falta de conocimiento. (Óseas 4, 6). Voy a
basar esta enseñanza en este documento: Catequesis Sobre Los
Laicos. Juan Pablo II. (lo escribió entre el año 1993 y 1994).
El Catecismo de la Iglesia los fieles laicos. (Numeral 887) -(1Pedro 2,9). Son,
pues los cristianos que están incorporados a Cristo por el bautismo, que forman
el pueblo de Dios y que participan de la funciones de Cristo. Sacerdote,
Profeta y Rey. Ellos realizan, según su condición, la misión de todo el pueblo
cristiano en la Iglesia y en el mundo.
La palabra laico se aplica a quien pertenece al pueblo de
Dios y, de manera especial, a quien, por no tener funciones y ministerio
vinculado al sacramento del orden no forma parte del clero según la distinción
tradicionalmente establecida entre los clérigos y los laicos. Los
clérigos son los ministros consagrados, o sea: el Papa, los obispos, lo
presbítero y los diáconos; laicos son, por lo tanto, los demás que, junto con
los pastores y ministros, constituyen el pueblo de Dios. Por su parte, el
Concilio prefirió tratar de ellos aparte, y consideró como laico a quienes no
eran ni clérigos ni religiosos.
Los laicos tienen en plenitud la cualidad de miembros de la
Iglesia lo mismo que los ministros sagrados o los religiosos. En efecto, según
el concilio, han sido incorporados a Cristo por el bautismo y
han recibido el sello fin de libre de la pertenencia a Cristo por él en virtud
del carácter bautismal. Forman parte del cuerpo místico de Cristo.
(Efesios 4, 11- 16).
A los laicos corresponde, por propia vocación, tratar de obtener el reino de
Dios gestionando los asuntos temporales y ordenándolos según Dios.
La santidad no es un privilegio de algunos. La Iglesia es
santa y todos sus miembros están llamados a la santidad. Los laicos participan
en la santidad de la Iglesia, al ser miembros con pleno derecho de la comunidad
cristiana; y esta participación, que podremos definir antilógica, en la
santidad de la Iglesia, se traduce también para los laicos en un compromiso
épico personal de santificación. En esta capacidad y en esta vocación de
santidad, todos los miembros de la Iglesia son iguales. (1 Pedro 1, 16).
La identidad de los laicos, la palabra laico dignidad de los laicos, los laicos
sois Iglesia. El carácter secular propio de los laicos vivís en el mundo con todas
sus implicaciones. El mundo es vuestro campo de evangelización.
Los laicos y el ministerio de Cristo. Sois llamado
personalmente por Dios. Fieles a la gracia, abriréis camino a la gracia.
Reconocer a Jesús como Dios cuando come, bebe, trabaja.
La vocación de los laicos a la santidad. La santidad
no es privilegio de algunos. Es compromiso de todos los laicos.
Santidad en el matrimonio, en la soltería, en el trabajo, en la profesión. (Levítico
11, 44-45).
Espiritualidad de los laicos. Vida de fe. Presencia de
Cristo en nosotros y de nosotros en Él. La oración es indispensable. Vida
Eucarística. Las cosas de cada día y la luz de la fe.
Participación de los laicos en el sacerdocio de
Cristo. Nos incorporamos al sacerdocio de Cristo por el Bautismo. Cooperadores
de la Redención. La Santa Misa, centro de Salvación.
Participación en la misión profética de Cristo. Vuestro
apostolado en el mundo. Haced vibrar en todos los corazones las verdades
reveladas. Dais razón de la esperanza cristiana. Valientes, sin miedo a mostrar
vuestras convicciones.
Los laicos hemos sido llamado por Dios y por lo tanto es
nuestra misión evangelizar al mundo que nos rodea. Todo bautizado está llamado
hacer profeta, el que anuncia la palabra de Dios. Y es por eso por lo que somos
intercesores proféticos. Como lo fue Moisés, Jeremías, Elías, Débora etc. Dios
los llamo a ellos y eran laicos. Dios los llamo hacer intercesión profética
sobre su pueblo. Ellos anunciaron las maravillas de Dios, pero también
denunciaron la maldad del pueblo y de los gobiernos. Lo que ellos hacían era
interceder proféticamente delante de Dios. Nosotros como laicos estamos llamado
a lo mismo.
Moisés intercedía delante de Dios por su pueblo, Abraham
también. Ahora nos toca a nosotros interceder por otros frente a Dios. Como
laicos en santidad podemos llegar a más personas, que los sacerdotes. Muchas
veces tenemos hasta mejor conocimiento que los sacerdotes lo que está pasando
en el mundo, pues estamos más conectados al mundo de afuera que ellos. Él laico
tiene una vida social más amplia que el sacerdote y muchas veces hasta en la
vida política.
Es más fácil para un laico ver la necesidad del vecino, ver
la necesidad del compañero de trabajo, de un amigo, que un sacerdote. Los
laicos podemos orar en cualquier lugar, mientras que el sacerdote está más
limitado.
Jeremías 1, 4-5...Me llegó una palabra de Yahvé: Antes de
formarte en el seno de tu madre, ya te conocía; antes de que tú nacieras, yo te
consagré, y te destiné a ser profeta de naciones.
Jueces 5, 7...Débora, hasta que me desperté como madre de Israel.
Ezequiel 22, 30...He buscado entre ellos a un hombre que
construyera una muralla y se enfrentará conmigo sobre la almena para impedir
que destruya al país, pero no lo he hallado.
Isaías 6, 8-9...Y oí la voz del Señor que decía: ¿A quién
enviaré, y quien ira por nosotros? Y respondí: Aquí me tienes mándame a mí.
Salmo 106, 23...Entonces hablo de exterminarlos, a no ser
porque su elegido Moisés se puso en la brecha frente a Él para impedir que su
ira los destruyera.
1 Timoteo 2, 1-8...Ante todo recomiendo que se hagan
peticiones, oraciones, súplicas y acciones de gracias por todos, sin distinción
de personas; por los jefes de estado y todos los gobiernos, para que podamos
llevar una vida tranquila y en paz, con toda piedad y dignidad.
El laico esta llamado por Dios a vivir en santidad y ser un
intercesor profético, ejerciendo su sacerdocio cómo bautizado. Y esto hace que
el evangelio llegue a más personas. No podemos dejarle toda la carga al
sacerdote de la parroquia, él también necesita que los laicos oren por él.
Cuando nos unimos dos o tres en el nombre de Jesús y hacemos
intercesión profética, como profetas de Dios, sabiendo que Dios nos ha llamado
como laicos a esta misión, vemos familias restaurados, vecindades cambiadas y
hasta países. Dios es el que llama y el que equipa. (Mateo 18, 19-20)-(Mateo 7,
7-12)
Los profetas llaman a la conversión del corazón y, al buscar
ardientemente el rostro de Dios. Profeta es el escucha las palabras de Dios,
sabe ver el momento y proyectarse en el futuro. Tiene dentro de sí estos tres
momentos: El pasado, el presente y el futuro. (Proverbios 29, 18).
Qué nuestra oración en estos tiempos que tanta familia
necesitan sanación: sea que Dios levántate más intercesores proféticos.
Señor,¡ qué no falten los profetas en tú pueblo! Todos los
bautizados somos
profetas. Señor, ¡que no nos olvidemos de tu promesa! ¡Qué
no nos cansemos de seguir hacia delante! ¡Qué no nos encerremos en la legalidad
que cierran puertas! Señor libera a tu pueblo del espíritu clericalismo y
ayúdalo con el espíritu de profecía. Amén.
Maria Sosa