Saturday, June 27, 2020

Me siento una ladrona.

Usted me comparte: Me siento una ladrona, por NO haber podido restaurar
mi matrimonio, y ahora tener que criar a mis hijos sin un padre en la casa.

 

¡Hermana en Cristo!

 Que vengan sobre ti Dios Padre y de Cristo Jesús, nuestro Señor, la gracia,
la misericordia y la paz.


Mientras leo su mensaje viene a mi mente los dos ladrones de la cruz. Uno vio a Jesús, el otro tomó la decisión de morir como ladrón se cerró a la posibilidad de ir al cielo. (Lucas 23, 43) -(Marcos 15,32) -(Mateo 27, 42-44) -(Lucas 23, 41-42) -(Juan 8, 44).

No es exactamente la decisión que ha tomado su esposo? Estos dos ladrones
para mí nos representan a nosotros.

Fijase que oración más sencilla hace, pero lo llevó a una conversión completa.
Jesús, le dio la promesa al ladrón, y le dijo: que delante de él tuvo el cambio de corazón. Es lo que hoy lo conocemos como una conversión. Uno creyó en Jesús y fue
rescatado a la vida eterna. El otro rehusó creer en Jesús el mismo se condenó.
(Marcos 16,16) -(Gálatas 6, 14).

El buen ladrón reconocía en su compañero de calvario al Hijo de Dios, y le rogó. Acuérdate de mí cuando llegues a tu Reino y Jesús le hizo una promesa que no hizo a nadie más, hoy estarás conmigo en el paraíso. El buen ladrón fue el primero que creyó en Dios de una manera excepcional. Porque los apóstoles y los que seguían a Jesús, le creyeron por sus milagros, curaciones y signos, pero, luego lo abandonaron y dejaron solo hasta la resurrección.

El buen ladrón no vio ningún signo, no vio a Jesús resucitado. Se encuentra con Jesús en el peor momento de su vida, pero y es capaz de reconocer en el al Hijo de Dios, por eso los santos no dejamos de dar alabanza a la fe de este hombre, que es irrepetible. Y es a la fe que Dios la está llamando hoy.

Desde ese lugar de derrota y muerte que es la cruz, el ladrón encuentra la mirada de Jesús, que entra en lo más profundo de su corazón, le revela el amor de Dios y él se aferra a la certeza de qué ese amor es más grande que todos sus pecados, que todos sus crímenes que todos sus errores.

Por eso en ladrón es el gran ejemplo espiritual de qué la conversión es obra gratuita de Dios, es su divina misericordia es su gracia. Por lo que podemos leer se ve una revelación muy grande de Dios: Dios  ha escogido al más perdido, a un ladrón, a un criminal para revelarnos su bondad.

Este ladrón nos recuerda que cualquier persona con la peor vida, con los peores pecados,  hasta en el último momento de su vida puede santificarse, porque la santidad no es el fruto de nuestras buenas obras, de nuestros esfuerzos, no es una construcción humana, sino un don de la misericordia y de la gracia de Dios.

Jesús hasta el último momento de su vida nos revela que ha escogido al más perdido, a un ladrón, a un criminal para revelarle la bondad del Padre. Jesús manifiesta por última vez en su vida terrenal su predilección hacia los pecadores, incluso hacia el más perdido y extraviado de todos.

El buen ladrón nos enseña a todo, para creyente, para los que han fracasado y se encuentran perdidos, para los que sufren el rechazo de la sociedad o están marcados por el dolor de la cruz, que todos tenemos acceso al amor y a la misericordia de Dios , para reunirnos en el cielo.


Usted es una mujer excepcional y así como el buen ladrón a escogido
desde su cruz seguir a Jesús. Él reconoció delante de Jesús que era pecador,
qué merecía el castigo. 

Conclusión: mi consejo es que no vuelva al pasado, no se robar su imagen de mujer excepcional delante de Jesús. No vuelva a tomar las redes sociales para pelear, discutir. Ese tipo de exposición son del ladrón que no creyó en Jesús, que es el Hijo de Dios, que, siendo inocente, lo acusaban. Es tiempo de silencio tal como lo hizo Jesús, guardó silencio y lo único que se escuchaba era; Padre perdónalos porque no saben lo que hacen...Lo ideal sería papa y mama en casa, pero si esto no sucede de esta manera, Dios siempre esta supliendo, dando sabiduría y dirección para cuidar y criar a nuestros hijos de acuerdo con su voluntad. Es doloroso no hacerlo de la manera que Dios lo ha diseñado, es por eso que Dios odia el divorcio, pues esta es una de las consecuencias. Pero ponga esta carga en manos de Jesús, para poderla llevar y hacer lo mejor posible con sus hijos.

María Sosa (Ministerio Mujer Levántate)

 


No comments:

Post a Comment