Que Dios nuestro Padre y el Señor Jesucristo derramen su gracia y su paz sobre
usted.
Viene a mi mente mientras leo su queja está palabra de Jeremías:
En aquel tiempo, dijo Jeremías: Yo oía el cuchicheo de la gente que decía:
Denunciemos a Jeremías, denunciemos al profeta del terror. Todos los que eran
mis amigos espiaban mis pasos, esperaban que tropezara y me cayera, diciendo:
Si se tropieza y se cae, lo venceremos.
Pero el Señor, guerrero poderoso, está a mi lado; por eso mis perseguidores
caerán por tierra y no podrán conmigo; quedarán avergonzados de su
fracaso y su deshonra será eterna e inolvidable. Señor de los ejércitos,
que pones a Prueba al justo y conoces lo más profundo de los corazones, haz que
yo vea tu
venganza contra ellos, porque a ti he encomendado mi causa. Canten y alaben al
Señor, porque él ha salvado la vida de su pobre de la mano de los malvados.
(Jeremías 20, 9-13).
En realidad, el Señor no llama a
Jeremías para invitarlo a ejercer la misión profética; le informa,
más bien, que él le había dado la vida con la finalidad de hacer de él un profeta.
(Jeremías 1, 5).
El cristiano no debe perder la esperanza, pensando que ha sido abandonado. Jesús
nos motiva diciendo: Hasta los cabellos de vuestra cabeza están todos contados.
(Mateo 10, 30).
Como diciéndonos que ninguno de los sufrimientos de nosotros, ni siquiera los
más pequeños y escondidos, son invisibles ante los ojos de Dios. Dios nos mira,
y nos protege; y siempre nos dará su protección.
Cuando Dios nos envía él nos equipa y el no abandona a sus hijos en el campo de
batalla. No es bíblico. Lo que sucede es que como Jeremías podemos escuchar las
burlas, los comentarios y sentir tristeza. El cuchicheo es la forma más
sutil que usa el enemigo para atacar. La injusticia produce dolor y tenemos la tendencia
dé defendernos, y no hay nada malo con defendernos, pero muchas veces debemos
de tener discernimiento.
Pero, usted tiene que reflexionar y ver todo lo que Dios está haciendo a su alrededor. La familia es la que más usa el diablo para burlarse, él es el padre de toda mentira (Juan 8, 44).
María Sosa (Ministerio Mujer
levántate).
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