“No te llamarán más «Abandonada», ni a tu tierra
«Desolada», sino que te llamarán «Mi preferida» y a tu tierra «Desposada».
Porque Yavé se complacerá en ti y tu tierra tendrá un esposo." Isaías, 62,4
Pasar por un proceso de conversión, es definitivamente algo
muy personal. Aunque tenemos algunas indicaciones para alinearnos a sus planes,
es un proceso muy personal. Dios Padre en su inmenso amor y misericordia escoge
desde el vientre de nuestra madre un plan que nos traiga de regreso a Él.
El oro, aunque perecedero, se acrisola al fuego. Así también
la fe de ustedes, que vale mucho más que el oro, al ser acrisolada por las
pruebas demostrará que es digna de aprobación, gloria y honor cuando Jesucristo
se revele. 1 Pedro 1,7
Muchas son las pruebas que pasamos, algunas muy dolorosas,
otras menos dolorosas, pero al final siempre serán por nuestro bien, para
afianzar en nosotros la paciencia, la fe, la constancia, la dependencia total
de Dios entre otras cosas. Esto no es mas que el cumplimiento del plan de Dios
en nuestras vidas y la reafirmación de Dios en su palabra escrita en Romanos
8,28.
Pasar por una separación, adulterio, abandono, peleas
familiares entre otras, son pruebas muy duras. Las emociones y sentimientos se
descontrolan hasta tal punto que algunos médicos, a lo que el mundo llama corazón
roto, lo llaman un pequeño infarto en el corazón. Es decir, no es un mito es
una realidad hasta en lo físico.
La palabra de Dios nos va dando directrices para que comencemos
a cambiar. La principal razón por la que tenemos que cambiar, es porque debemos
reconocer que hemos vivido sin sabiduría, hemos vivido lejos de Dios, hemos
pecado, en definitiva, muchas de las pruebas son las consecuencias de nuestras
malas decisiones. Claro está, que este reconocimiento es solo para llegar en
total arrepentimiento a Dios, no para llevarnos al banquillo de los acusados; Jesús
fue crucificado por el pago de todas nuestras deudas, faltas, pecados y para
que lleguemos a la redención. 2 Corintios 5,19 esto es, que en Cristo, Dios
estaba reconciliando al mundo consigo mismo, no tomándole en cuenta sus pecados
y encargándonos a nosotros el mensaje de la reconciliación.
Siento que todas estas pruebas que como humanidad estamos
viviendo, el Covid-19, las finanzas, la salud, las separaciones etc.… No es mas
que un llamado de Dios urgente a que volvamos a Él. Han sido duros meses,
sumado ya a las pruebas que veníamos viviendo de manera personal, pero debemos
tener la certeza que Dios tiene el control, que todo tiene un propósito en
nuestras vidas y que jamás nos abandonara en nuestras luchas diarias.
No desmayemos, no dejemos que el enemigo nos engañe diciendo
que esto es un retroceso, no entremos en pánico, aunque no sea fácil, NUNCA
olvidemos que las misericordias de Dios son nuevas todos los días. No olvidemos
que Dios es un Dios de milagros, que ordena nuestros pasos, que nos da sabiduría,
fuerza y gozo al pasar por el fuego. No miremos el pasado, no es un tiempo
perdido; pensemos que nuestro milagro puede estar sucediendo y que debido a lo
duro de las circunstancias No estamos viendo su llegada.
Por eso en el nombre poderoso de Jesús declaro la palabra
escrita en Isaías 62 en nuestras vidas:
. -Las naciones verán tu justicia, y todos los reyes,
tu gloria; recibirás un nombre nuevo, que el Señor mismo te dará. Isaías
62,2
. - Ya no te llamarán «Abandonada», ni a tu tierra la
llamarán «Desolada», sino que serás llamada «Mi deleite»; tu tierra se llamará
«Mi esposa”; porque el Señor se deleitará en ti, y tu tierra tendrá
esposo. Isaías 62,4
. - Por su mano derecha, por su brazo poderoso, ha jurado
el Señor: “Nunca más daré a tus enemigos tu grano como alimento, ni se
beberá gente extranjera el vino nuevo por el que trabajaste. Isaías 62,8
Bendito eres Señor, Gracias por tu amor, por tu protección,
por la restauración de nuestras relaciones, por la salud, por los comienzos,
por sostenernos, por nuestras finanzas. Gracias por tu intervención divina en
cada una de nuestras áreas, gracias por tocar los corazones, gracias por ser un
padre que cumple su palabra y por ser grande, fiel y poderoso. ¡Aleluya!
Comencemos a dar GRACIAS a Dios, quitemos en enfoque en las
pruebas y comencemos a visualizar la llegada de nuestro milagro en el nombre de
Jesús. Amen
Saludos y Bendiciones.
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