Monday, May 4, 2015

Lo que destruye un matrimonio No es otro Hombre / Mujer.



 

Filipenses 2:2-4 (NVI)  Llénenme de alegría teniendo un mismo parecer, un mismo amor, unidos en alma y pensamiento. No hagan nada por egoísmo o vanidad; más bien, con humildad consideren a los demás como superiores a ustedes mismos.  Cada uno debe velar no sólo por sus propios intereses sino también por los intereses de los demás.

 

La interposición de otra persona en nuestros matrimonios no es más que una consecuencia de las acciones que ya por años o por algún tiempo hemos realizado en nuestra relación. Perder el tiempo en crear odios, rencores, inquietud u ansiedad sobre la nueva relación de adulterio en nuestra pareja, nos alejara de ver con claridad la verdadera raíz del problema: “El Egoísmo”.

 

 El término egoísmo hace referencia al amor excesivo e inmoderado que una persona siente sobre sí misma y que le hace atender desmedidamente su propio interés. Por lo tanto, el egoísta no se interesa por el interés del prójimo y rige sus actos de acuerdo a su absoluta conveniencia. En principio esto no es lo que Dios Padre nos enseño o quiso para cada uno de nosotros. En nuestras relaciones la palabra “Yo” tiene que convertirse en un “ Nosotros” de lo contrario alimentaremos sin frenar ese amor por nosotros y nuestros intereses serán los que valdrán la pena, llevándonos así, a actuar según lo que cada uno como ser individual desee, quiera, necesite, etc. 

 

Esta manera de actuar traerá como consecuencia el completo desplazamiento de la otra persona, que por el dolor que causa el no interés de su pareja, actuara en de alguna u otra forma de interponer sus necesidades, deseos, interés, falta de amor etc. Y cuando dos partes no están de acuerdo, no caminan juntos hacia una meta, no comparten alegrías, no se apoyan entre sí, no se sostiene etc., por cada uno estar en lo suyo, se desarrolla una guerra, una lucha para mostrar quien puede mas, quien necesita mas, quien manda, quien calla, quien tiene la razón..Probablemente el diablo ya haya enviado la candidata(o) perfecto para consolar y es aquí cuando se cumple la palabra de Dios que dice: Pecados sobre Pecados..Ciegos guiando a otros ciegos.

 

En Filipenses 2 2-4 nos habla de lo que Dios quiere para nosotros, dice que lo que le llena de alegría es que tengamos un mismo parecer, un mismo amor, unidos en el alma y pensamiento. No es lo que tu o tu esposa(o) quieran, como independizados de Dios, es y será según la palabra de Dios, pues Dios pone el querer y el hacer en cada uno de nosotros para nuestro beneficio, para que su voluntad sea buena, perfecta y agradable, es por eso que si obedecemos y nos unimos para que la voluntad de Dios y su mandato reine en nuestras vidas, entonces tendremos un mismo amor uno por el otros, un mismo pensamiento y estaremos unidos en alma. Dios nos pide que no hagamos nada por egoísmo o vanidad, Dice NADA, naturalmente Dios Padre sabe que estos actos pensando solo en nosotros mismos traerán múltiples problemas, por eso nos pide que consideremos a los demás superiores, NO PARA QUE NOS SINTAMOS INFERIORES A OTROS, si no para que nos sometamos, para que valoremos a otros, para que ayudemos y apoyemos a otros, de esta manera no solo estaremos velando por nuestros intereses, si no por los intereses de nuestra pareja.

 

1 Corintios 13 4-5.El amor es paciente, es bondadoso. El amor no es envidioso ni jactancioso ni orgulloso.  No se comporta con rudeza, no es egoísta, no se enoja fácilmente, no guarda rencor.

 

Esta Palabra de la biblia sobre lo que es el amor, no fue para que nosotros deseáramos como  otros nos amaran, sino mas bien para que aprendamos como nuestro amor debe madurar hasta llegar a ser Paciente, bondadoso, desinteresado, sublime, amable etc. Cuando seamos capaces de dar esta clase de amor por nuestro esposa/esposo, entonces dejaremos de ser egoístas y estaremos velando por los interés del otro. Esto es lo que realmente nos llenara de alegría y felicidad, esto es lo que se levantara como fortaleza contra cualquier arma de destrucción del enemigo sobre nuestros matrimonios, porque la manera en la que Dios Padre nos enseno como son fuertes nuestras relaciones personales, es como nos la muestra en la relación entre Dios Padre, Dios hijo y Dios Espíritu Santo.

 

Con Amor y oraciones.

M.S

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