No saben la cantidad de
veces que he tenido que lidiar con esta respuesta, amigos, familiar, psicólogos
y hasta sacerdotes me han dicho: “Se
necesitan dos para la restauración de un matrimonio”.
Estas palabras llegaron a
desanimarme, a tirarme en depresión, a sacarme por algún tiempo de mi oración por
los matrimonios inclusive. Hasta que un día decidí preguntarle al Señor, aunque
ya lo había hecho, la verdad las voces del enemigo eran más fuertes que la de
Dios, por eso se instalo la duda en mi corazón.
Dios me dijo:
Cuando llegaba la peste, escases, guerra y tragedia en los pueblos, me bastaba
uno que creyera en mí y me amara para que en oración me pidiera cambiar la situación.
Cuando uno de los esposo entra en rebeldía me basta con que el amor como
vinculo perfecto me conmueva y comience yo a cambiar los corazones. Cuando cree
el matrimonio hice un vinculo insoluble de dos junto a mí su creador, entonces
la relación matrimonial no es de dos sino de tres, así es que si se necesitan
dos entonces estamos tu y yo para alcanzar ese corazón, hombre/mujer que es mi
hijo que lo amo como te amo a ti. Amen
Creo que muchas veces no
son malas las intensiones de algunos, aunque debemos tener presente que el
diablo usa a personas para sacarnos del camino en el cual Dios nos quiere. Es
literalmente lógico que se necesiten de dos para restablecer una relación, pero
no podemos olvidar que todo proceso de restauración debe ser acompañado de una conversión.
Dios es quien toca los corazones, nosotros y las circunstancias solo son
algunas estrategias que Dios usara para quitar esa venda de los ojos a un
prodigo, o hacerle un llamado directo a su corazón. La primera finalidad para
que esta alma también sea salvada y en segundo para Glorificarse devolviendo
todo aquello que el pecado ha robado. Simplemente el amor de Dios es así,
aunque tengamos que pasar por sufrimiento El quiere lo mejor para nosotros,
nunca nos dejara llevar cargas más pesadas de las que podamos cargar y siempre estará
dándonos consuelo y fuerzas para salir de cualquier tormenta.
Entonces, cuando ya ese
esposo(a) sea tocado por Dios y encaminado a su presencia, las afirmaciones de
que se necesitan dos para restaurar una relación, cobra importancia, pues se dará
un proceso de perdón, sanación, enamoramiento, de cambio etc..y aunque vengan
las pruebas de igual manera, las reacciones, decisiones serán tomadas desde la
luz de la palabra de Dios, entonces comprendemos como la unión matrimonial es
una relación de tres y no de dos.
1 Corintios 7,16 ¿Cómo sabes tú, mujer, si acaso salvarás
a tu esposo? ¿O cómo sabes tú, hombre, si acaso salvarás a tu esposa?
Con Amor y Oraciones
M.S
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