Buenas días, hna. En Cristo!!!
Que la gracia de Dios sea con usted y con toda
su familia.
Hna. En Cristo la invito a que medite en la palabra:
LUCHAR
La definición
de la palabra luchar es: Pelear, combatir, batallar.
Si, nosotras no luchamos para defender nuestro
hogar familia junto a Dios, quien lo va hacer?
Dios nos dice en Isaías 40, 31...que en los
que El confían recuperan fuerzas, y le crecen alas como las águilas. Correrán
sin fatigarse y andarán sin cansarse.
Mire que interesante le crecen
alas...necesitamos esas alas para volar alto y dejar la tormenta que pase mientras
la vemos desde las Alturas como el águila. Como puedo ver algo desde las
Alturas? cuando confío en Dios...que se, que se, que se, que Dios va resucitar
todo lo que esta muerto en mi vida. TODO.
Por que se que debajo de los pies de Dios están
todo mis enemigos. No importa cuantos se levanten contra mi, Dios los detendrá
y me hará justicia.
No conozco su testimonio de lucha, pero estoy
segura, que este es un ataque directo del enemigo contra usted...y necesita
levantarse como una Débora, Yael, como una Judit, y volverse una imitadora de
estas mujeres valientes.
El Salmo 30, 12...Tu has cambiado mi duelo en
una danza, me quitaste el luto y me ceñiste de alegría.
Y hoy le digo como me dijo un día el Señor,
cuando estaba dentro de mi tormenta. Por que lloras al que ya resucite? Dios ha
enviado a su ángel a quitar esa piedra del Corazón de su esposo y aunque usted
no lo vea aunque la rebeldía del hombre se oponga, el final de la historia
usted vera ese Corazón de piedra doblar rodilla ante Dios.
Y por ultimo
le quiero aclarar algo para que vea como nos engaña el diablo...su esposo jamás
podrá amar ni ser feliz con otra mujer JAMAS. Porque Dios es su palabra nos explica
que el hombre es cabeza de su hogar como Cristo es cabeza de la Iglesia.
Y un día Dios
le pedirá cuenta...no sobre la otra mujer, sino sobre la esposa. La invito a
que lea medite...como espera Dios, que el hombre cuide a su esposa.
Efesios 5, 23-33...Porque el esposo es cabeza
de la esposa, como Cristo es cabeza de la Iglesia, la cual es su cuerpo; y él
es también su Salvador. Pero así como la Iglesia está sujeta a Cristo, también
las esposas deben estar en todo sujetas a sus esposos. Esposos, amen a sus
esposas como Cristo amó a la Iglesia y dio su vida por ella. Esto lo hizo para santificarla, purificándola
con el baño del agua acompañado de la palabra
para presentársela a sí mismo como una Iglesia gloriosa, sin mancha ni
arruga ni nada parecido, sino santa y perfecta.
De la misma manera deben los esposos amar a sus esposas como a su propio
cuerpo. El que ama a su esposa, se ama a sí mismo. Porque nadie odia su propio
cuerpo, sino que lo alimenta y lo cuida, como Cristo hace con la Iglesia, porque ella es su cuerpo.
Su esposo esta
actuando y hablando a través de la boca del demonio asmodeo, que todo lo que
busca es martirizar a la esposa y las lleva a vestirlas de luto haciéndole
creer que esa relación esposal ya murió. Tengo nuevas noticias para usted estas
son mentiras del diablo, padre de toda mentira (Juan 8,44).
La bendigo a la distancia con la bendición del
nuestro Padre Dios. Lo que el unió no hay hombre que lo pueda separar.
María Sosa ( Ministerio Mujer Levántate)
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