Tuesday, July 21, 2020

"POZO DE PACTO"

Dios le confirma la promesa a Isaac que había hecho con su padre Abraham (Génesis 26, 25). Luego de que Dios le confirmara la promesa de la tierra y descendencia, él comenzó a sembrar en la tierra y cultivar fue el primero que leemos que sembró y cosechó en la tierra prometida, y Dios lo próspero en abundancia. (Génesis 26, 25) -(Génesis 26, 12) -(Génesis 26, 2-5).

Isaac fue el primero en el que leemos que sembró y cosechó en la tierra prometida, y Dios lo prosperó en abundancia.

Isaac volvió abrir los pozos de agua que habían sido abiertos en vida de su padre, y que los filisteos habían tapado después de su muerte, y les puso los mismos nombres que su padre les había dado. (Génesis 26, 18).

Al Isaac abrir los pozos se forman peleas, eso provocó la envidia de los vecinos. Lamentablemente la prosperidad de Isaac provocó envidia en los pueblos vecinos, y por ello comenzaron a atacarlo. (Génesis 26, 15-16).

Isaac se va lejos de allí, y abrió otro pozo, ya no pelearon por él, y a este lo llamó libertad. Isaac declaró: el Señor nos ha dejado en libertad de progresar en este lugar.

La palabra traducida por libertad significa: espacios abiertos, donde es posible moverse libremente. Y Beerseba, en hebreo, significa pozo del juramento o pozo de los siete. El pozo que abrieron en Beerseba Isaac lo llamó Sebá que significa abundancia y juramento. (Genesis 26, 27-33).

La envidia es un sentimiento negativo que lleva a la destrucción. El envidioso, en lugar de imitar al que le va bien, busca destruirlo para que esté le vaya mal con los demás. 

¿Qué se puede hacer cuando uno es objeto de la envidia de otros? Lo que hizo Isaac, alejarse de ellos (Génesis 26, 17-18).

Isaac regresó a ver lo que su padre Abraham había hecho. Como había vivido en paz con sus vecinos. Él había hecho sus propios pozos. Pero aún con esto habían tenido envidia, y a su muerte estos habían llenado los pozos de tierra.

Esto mismo se ha repetido en nuestras generaciones, esto también nuestra historia. Cuando tú desalojas tu presencia, de la vida de estas personas (personas envidiosas), ellos en lugar de tomarlos y usarlo para su beneficio, más bien destruyen todo. Ésa es la consecuencia cuando el odio y la envidia son mayores que el amor propio, qué el amor al prójimo.

En la tierra prometida el acceso al agua es esencial, tanto para los cultivos, como para el ganado. Sin una fuente de agua, no se puede mantener cultivos, ni ganado. En pocas palabras, no se puede sobrevivir. Dado que en el sur de Israel no hay ríos, ni lagos, la gente depende completamente de pozos o cisternas.

Por eso para Isaac era importante buscar esta fuente de agua. También en esto Dios lo bendijo, porque lo llevó a descubrir un pozo de agua viva, un manantial, el cual era muy codiciado en esa región. Esto suscitó aún más envidia en los vecinos. (Génesis 26, 19 -22).

 

Beerseba, hasta la fecha, aún existen dos pozos de agua del pacto. Milagrosamente, Dios llevó a los vecinos para que ya no lo tuvieran envidia de Isaac, sino que buscaron la paz con él. Como confirmación Dios envió a Isaac una señal. (Genesis 26, 32-33).

 

El hombre prudente actúa sabiamente, el tonto muestra al instante su locura, su envidia. Cuando al Señor le agrada la conducta de hombre, hasta a sus enemigos los pone en paz con él. (Proverbios 16, 7).

Debido a que Dios está fuera del tiempo, puede restaurar en un momento, en un segundo, en un parpadeo, lo que el diablo te robo durante toda tu vida. Así como cumplió su promesa con Isaac a través de su padre Abraham, hoy él Señor nos invita a reclamar esa promesa que nos pertenece a través de Abraham.

Y si son de Cristo, entonces son descendientes de Abraham y herederos de las promesas que Dios le hizo. (Gálatas 3, 29).

Ese mismo año, Dios le dio a Isaac una cosecha abundante, que produjo cien veces más de lo que había sembrado en aquella tierra. (Génesis 26, 12-13).

La fe abre pozos, la incredulidad tapa pozos. La envidia produce miedo, y ve al bendecido por Dios como un enemigo.

Recuerda Dios persiste donde otros fracasan. (Génesis 26, 18).

Las personas con envidia a tu alrededor pueden estar tapando los pozos de Dios, los pozos de la fe, que eso no te desanime, levántate y vuelve abrirlos.

 

Abre pozos en tu vida, abre pozos en tu vida familiar, abre pozos en tu negocio, abre pozos en tu relación con Dios, abre pozos para tú descendencia. Estás bajo la bendición de Abraham Dios cumple lo que promete. Tus pozos que fueron cerrado por la envidia de otros, hoy se abren, es promesa de Dios. (Gálatas 3, 29).

 

¡No te rindas sigue abriendo pozos!

 

María Sosa (Ministerio Mujer Levántate).


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