¡Hola, hermana en Cristo!
Entonces tú sabrás que Yo soy Yahvé; y que nunca defraudó
a los que esperan en mí. (Isaías 49, 23).
Es cierto que no están casados, pero hay fecha. El que usted
cuide su finca en estos momentos para él es algo importante. ¿Y creo que si él
está pidiendo a usted que viva en su propiedad y que empiece aprender todo lo
que se maneja en la finca, no entiendo cuál es la pregunta que usted me hace? Él
le explica muy bien los planes de llegar casarse y vivirán en la finca por
temporadas. Por lo que captó él es un hombre comprometido con Dios, y usted
está como un árbol lleno de hojas y nada de frutos.
Definición Espera: Acción y resultado de esperar:
Plazo señalado por el juez para ejecutar una cosa: Posición donde el cazador
aguarda a que se presente la presa. Esperando, aguardando a que algo ocurra,
sobre todo con los verbos estar y quedarse: estamos a la espera de nuevas
noticias.
¿Mientras esperas?
Siembra, no te canses de sembrar el campesino jamás se
cansa.
Él depende de Dios por la lluvia y el pasto para la crianza
de sus rebaños. El campesino espera una cosecha abundante siempre, es por eso por
lo que siembra la semilla. Él sabe que al sembrar y poner la semilla en la
tierra saldrá esa planta y dentro de un plazo recogerá su cosecha, el no duda
al sembrar. (Marcos 4, 26-29).
Algo maravilloso que tiene el campesino es que después de
sembrar su tierra se sienta en la sombra de un árbol y admira su campo. El
disfruta la espera de esa cosecha. El disfruta el nuevo nacimiento de su
rebaño.
El pueblo de Israel perdió el rumbo porque escuchó los malos
consejos de hombres que no conocían la tierra que Dios les tenía preparada. (Dt.1,
19, 29) -(Número 14, 9). Porque nos serviremos en bandeja. Cuando Dios da el
campo él también da la semilla.
Entonces si Dios le ha dado usted revelación por medio de su
palabra, esa revelación regresará a usted con frutos. (Isaías 55, 11). Las
dudas acerca de nosotros mismos, más que las que tenemos de Dios, son las más
frecuente en el proceso de la espera por la promesa, nos hacen rendir. Y eso le
pasó al pueblo de Israel. No podemos juzgarlo estaban cansados y posiblemente
ese cansancio les bloqueo ver los frutos. Y prefirieron escuchar lo más cómodo.
Pero, perdieron su momento. Mientras que Josué y Caleb recibieron su recompensa
y entraron a esa tierra prometida.
Por supuesto ellos tuvieron que esperar bajo el mismo techo
la promesa y no creo que fue fácil para ellos porque se puede leer que el pueblo
los quiso apedrear. Así que dentro de ese campamento tenían enemigos. Jesús,
dentro de su campamento tenía enemigos. Solo se habla de Judas, pero él fue un
espía, que sólo vio los gigantes y no los frutos, la semilla que Jesús iba
regando en el camino. En la espera hay que tener cuidado porque así cómo
aquellos hombres habían criticado a la tierra prometida con un mal espíritu
puede morir en nuestro interior la promesa de Dios, por un mal consejo, (Número
14, 37).
La persona buena saca cosas buenas del tesoro bueno del
corazón; el malo saca lo malo de su maldad. Porque de la abundancia del corazón
habla la boca. (Lucas 6, 45) -(Mateo 13, 23).
Jesús aquí está hablando del corazón. No era simplemente la
sede de las emociones personales. Era, principalmente, el centro de la vida
moral, intelectual, y espiritual de la persona. Las palabras de Jesús nos
recuerdan que la verdadera vida moral requiere una transformación interior, el
tipo de transformación que él ofrece cuando sus palabras continúan hablándonos
hoy. Un árbol puede gozar de todo tipo de condiciones externas ideales: lluvias
moderadas, mucha luz del sol y buenas temperaturas. Pero si no se alimenta de
los ricos nutrientes del suelo, no darán frutos. (Salmo 1).
El árbol simboliza el pecador que no dio frutos de
conversión. En la parábola, el hombre que es dueño de la higuera manifiesta
claramente su disgusto y contrariedad al ver que la higuera no produjo frutos,
lo que provoca su reacción. (Lucas 13, 6-9).
A pesar de la obstinación del árbol en no dar frutos, es
decir, la obstinación del pecador y no convertirse, el viñador sale en defensa
del árbol sentenciado, como si se tratase de una causa judicial, e insiste ante
el dueño de la higuera en abrir un periodo de gracia antes de ejecutar la
sentencia. Ese periodo de gracia es la misericordia de Dios.
No puedes buscar algo verdadero que nunca hayas saboreado,
es por eso por lo que un árbol se juzga por el fruto que queda. El Señor Jesús acostumbraba
a utilizar el ejemplo de un árbol como algo paralelo a los seres humanos.
Si creemos en Jesús, él hace de nosotros un campo fértil
donde puedan florecer obras buenas, cosecha abundante de buenos frutos. Si
queremos que el resultado o fruto de nuestro trabajo, lo que estamos haciendo
sea verdadero, duradero y bueno, no queda otro camino que la obediencia a
Cristo y su palabra. Todo aquel que quiera que la cosecha de su vida sea
abundante, sin pérdida y llena de paz, debe ajustar sus planes a la voluntad de
Dios, entonces el mismo tomando el control de lo que hacemos nos ayudará a que
el resultado de nuestra determinación sea buena, agradable y conforme al
corazón de Dios.
Entonces lo que usted necesita es tomar una decisión y ver
si no es el mismo Dios, dándole este año en esa finca para hacer un árbol lleno
de frutos en usted. Dios está siendo bondadoso con usted. Ahora Dios no la obligará
a vivir en un lugar donde él sepa que vivirá amargada. Estoy de acuerdo con su
mamá, usted solo piensa en sus amigas y no está pensando en la bendición de
tener un buen esposo. Sus amigas también un día no estarán ahí. ¿Una pregunta entonces
porque estudió agronomía y se hizo veterinaria?
El que ama de verdad se enfoca en complacer al otro y dar lo
mejor de él. (1 Corintios 13).
Oración: Señor, tú miras el corazón y conoces mis
intenciones, límpiame, mi Dios para hacer un terreno fértil que da buenos
frutos, que hace tu voluntad. Amén
Ma. Sosa (Ministerio Mujer Levántate).
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