Sunday, September 6, 2020

Espero

 

¡Hola, hermana en Cristo!

Entonces tú sabrás que Yo soy Yahvé; y que nunca defraudó a los que esperan en mí. (Isaías 49, 23).

 Usted me comparte: ¿Que hago mientras espero? Según entiendo en su mensaje su novio es militar y le falta un año para terminar su misión. Es un hombre que ha puesto sus buenos frutos en sus manos.

Es cierto que no están casados, pero hay fecha. El que usted cuide su finca en estos momentos para él es algo importante. ¿Y creo que si él está pidiendo a usted que viva en su propiedad y que empiece aprender todo lo que se maneja en la finca, no entiendo cuál es la pregunta que usted me hace? Él le explica muy bien los planes de llegar casarse y vivirán en la finca por temporadas. Por lo que captó él es un hombre comprometido con Dios, y usted está como un árbol lleno de hojas y nada de frutos.

Definición Espera: Acción y resultado de esperar: Plazo señalado por el juez para ejecutar una cosa: Posición donde el cazador aguarda a que se presente la presa. Esperando, aguardando a que algo ocurra, sobre todo con los verbos estar y quedarse: estamos a la espera de nuevas noticias.

¿Mientras esperas?

Siembra, no te canses de sembrar el campesino jamás se cansa.

Él depende de Dios por la lluvia y el pasto para la crianza de sus rebaños. El campesino espera una cosecha abundante siempre, es por eso por lo que siembra la semilla. Él sabe que al sembrar y poner la semilla en la tierra saldrá esa planta y dentro de un plazo recogerá su cosecha, el no duda al sembrar. (Marcos 4, 26-29).

Algo maravilloso que tiene el campesino es que después de sembrar su tierra se sienta en la sombra de un árbol y admira su campo. El disfruta la espera de esa cosecha. El disfruta el nuevo nacimiento de su rebaño.

El pueblo de Israel perdió el rumbo porque escuchó los malos consejos de hombres que no conocían la tierra que Dios les tenía preparada. (Dt.1, 19, 29) -(Número 14, 9). Porque nos serviremos en bandeja. Cuando Dios da el campo él también da la semilla.

Entonces si Dios le ha dado usted revelación por medio de su palabra, esa revelación regresará a usted con frutos. (Isaías 55, 11). Las dudas acerca de nosotros mismos, más que las que tenemos de Dios, son las más frecuente en el proceso de la espera por la promesa, nos hacen rendir. Y eso le pasó al pueblo de Israel. No podemos juzgarlo estaban cansados y posiblemente ese cansancio les bloqueo ver los frutos. Y prefirieron escuchar lo más cómodo. Pero, perdieron su momento. Mientras que Josué y Caleb recibieron su recompensa y entraron a esa tierra prometida.

Por supuesto ellos tuvieron que esperar bajo el mismo techo la promesa y no creo que fue fácil para ellos porque se puede leer que el pueblo los quiso apedrear. Así que dentro de ese campamento tenían enemigos. Jesús, dentro de su campamento tenía enemigos. Solo se habla de Judas, pero él fue un espía, que sólo vio los gigantes y no los frutos, la semilla que Jesús iba regando en el camino. En la espera hay que tener cuidado porque así cómo aquellos hombres habían criticado a la tierra prometida con un mal espíritu puede morir en nuestro interior la promesa de Dios, por un mal consejo, (Número 14, 37).

 ¿Qué tipo de frutos producimos en la espera?

La persona buena saca cosas buenas del tesoro bueno del corazón; el malo saca lo malo de su maldad. Porque de la abundancia del corazón habla la boca. (Lucas 6, 45) -(Mateo 13, 23).

Jesús aquí está hablando del corazón. No era simplemente la sede de las emociones personales. Era, principalmente, el centro de la vida moral, intelectual, y espiritual de la persona. Las palabras de Jesús nos recuerdan que la verdadera vida moral requiere una transformación interior, el tipo de transformación que él ofrece cuando sus palabras continúan hablándonos hoy. Un árbol puede gozar de todo tipo de condiciones externas ideales: lluvias moderadas, mucha luz del sol y buenas temperaturas. Pero si no se alimenta de los ricos nutrientes del suelo, no darán frutos. (Salmo 1).

El árbol simboliza el pecador que no dio frutos de conversión. En la parábola, el hombre que es dueño de la higuera manifiesta claramente su disgusto y contrariedad al ver que la higuera no produjo frutos, lo que provoca su reacción. (Lucas 13, 6-9).

A pesar de la obstinación del árbol en no dar frutos, es decir, la obstinación del pecador y no convertirse, el viñador sale en defensa del árbol sentenciado, como si se tratase de una causa judicial, e insiste ante el dueño de la higuera en abrir un periodo de gracia antes de ejecutar la sentencia. Ese periodo de gracia es la misericordia de Dios.

No puedes buscar algo verdadero que nunca hayas saboreado, es por eso por lo que un árbol se juzga por el fruto que queda. El Señor Jesús acostumbraba a utilizar el ejemplo de un árbol como algo paralelo a los seres humanos.

Si creemos en Jesús, él hace de nosotros un campo fértil donde puedan florecer obras buenas, cosecha abundante de buenos frutos. Si queremos que el resultado o fruto de nuestro trabajo, lo que estamos haciendo sea verdadero, duradero y bueno, no queda otro camino que la obediencia a Cristo y su palabra. Todo aquel que quiera que la cosecha de su vida sea abundante, sin pérdida y llena de paz, debe ajustar sus planes a la voluntad de Dios, entonces el mismo tomando el control de lo que hacemos nos ayudará a que el resultado de nuestra determinación sea buena, agradable y conforme al corazón de Dios.

Entonces lo que usted necesita es tomar una decisión y ver si no es el mismo Dios, dándole este año en esa finca para hacer un árbol lleno de frutos en usted. Dios está siendo bondadoso con usted. Ahora Dios no la obligará a vivir en un lugar donde él sepa que vivirá amargada. Estoy de acuerdo con su mamá, usted solo piensa en sus amigas y no está pensando en la bendición de tener un buen esposo. Sus amigas también un día no estarán ahí. ¿Una pregunta entonces porque estudió agronomía y se hizo veterinaria?

El que ama de verdad se enfoca en complacer al otro y dar lo mejor de él. (1 Corintios 13).

Oración: Señor, tú miras el corazón y conoces mis intenciones, límpiame, mi Dios para hacer un terreno fértil que da buenos frutos, que hace tu voluntad. Amén

 

Ma. Sosa (Ministerio Mujer Levántate).

No comments:

Post a Comment