Me gusta mucho la palabra bíblica escrita en Josué 2, hoy me permito traer a memoria y meditación, para que, de alguna manera u otra, entendamos la Voluntad y sobre todo la soberanía de Dios sobre la vida de sus hijos. Un Padre creativo, que nos pide día a día, solo CONFIAR, sin limitar sus caminos para hacer de caminos torcidos una gran bendición para todos. Endereza las sendas por donde andas; allana todos tus caminos (proverbios 4,26).
Estos hombres tienen un problema. Tienen que huir, para que
no los maten. Son espías israelitas, y la mujer que les ayuda es Rahab. Rahab
es una conocida prostituta que vive en una casa en el muro de la ciudad de
Jericó.
Los israelitas están por cruzar el río Jordán y entrar en
Canaán. Pero antes de entrar ellos, Josué envía los dos espías. Les dice: “Vean
la tierra y la ciudad de Jericó.” Uno de los espías desciende por el muro
usando la cuerda escarlata de Rahab Cuando los espías entran en Jericó, van a
la casa de Rahab. Pero alguien le dice al rey de Jericó: ‘Anoche vinieron dos
israelitas para espiar la tierra.’ Al oír esto, el rey envía a Rahab unos
hombres que le ordenan: ‘¡Saca a los hombres que tienes en tu casa!’ Pero Rahab
ha escondido a los hombres en su techo. Así que dice: ‘Unos hombres vinieron a
mi casa, pero no sé de dónde eran. Se fueron cuando oscurecía, antes de
cerrarse la puerta de la ciudad. ¡Si corren, los alcanzan!’ Y los hombres
corren a buscarlos.
Cuando se van, Rahab corre al techo. ‘Yo sé que El Señor les
dará esta tierra,’ dice a los espías. ‘Oímos que él secó el mar Rojo cuando
ustedes salieron de Egipto, y que ustedes mataron a los reyes Sehón y Og.
Porque yo he sido buena con ustedes, prométeme, por favor, ser buenos conmigo.
Salven a mi padre y madre, mis hermanos y hermanas.’
Los espías prometen que harán eso, pero Rahab tiene que
hacer algo. ‘Toma esta cuerda roja y átala en tu ventana,’ dicen los espías, ‘y
junta a todos tus parientes en tu casa. Y cuando todos nosotros volvamos para
tomar a Jericó y veamos esta cuerda, no mataremos a nadie en tu casa.’ Cuando
los espías vuelven a Josué, le dicen todo lo que ha pasado. (Josué 2 1-24).
Nuestro pasado no determina nuestro futuro, ni el pasado de
otros determinarán su futuro, todos tenemos al alcance la GRACIA de Dios, sobre
justos y pecadores cae la noche y se levanta el sol. En la vida de Rahab vemos
que su pasado no determinó su futuro. Por su fe y la gracia de Dios sobre su
vida ella pasó de habitar con un pueblo destruido a un pueblo escogido por Dios.
Por la fe la prostituta Rajab no murió junto con los desobedientes, pues había
recibido en paz a los espías. (Hebreos 11 ,31)
¿Qué cosas tan oscuras tienes, ves o vives en tu vida qué crees que Dios nada podrá hacer? ¿Orando por la conversión de hijos, esposo(a)?
sientes que está demasiado sucio o sucia tu vida? ¿Sientes que el cambio es
imposible? Pues, hoy te invito a meditar sobre esta historia de Rahab, una
mujer prostituta, sumergida en la oscuridad profunda del pecado, la cual es
llamada por Dios para bendecir no solo a una nación, sino redimirla a ella y
su familia. Hoy tenemos que decir: mucho cuidado con aquella que llamaron prostituta,
pues, ella es linaje de nuestro Señor Jesús. Nada es imposible para un Dios
que nos ama con locura y que hará cualquier cosa para que volvamos a Él, tanto
nosotros como por todos aquellos por los que oramos.
Es por eso por lo que hoy quiero exhortar a todos, a no ponerle límites
a Dios, a no desgastarte diciéndole a Dios como aliviar, resolver o ayudarte en
cualquier situación en la que te encuentres. Más bien en acción de gracias,
espera y siembra.
Cuando el enemigo venga con sus mentiras, recuerda y medita
sobre la historia de Rahab, recuerda que era una mujer con mala reputación, que
vivía en una ciudad en la que todos seguramente señalaban como, la mujer
perdida, la sin valor, sin esperanza. Y a pesar de todo esto, Dios se valió de
una situación para Redimirla y bendecir a su ejército. No solo cambió la vida
de esta mujer y de su pueblo, si no la de su familia. La Fe de Rahab, escuchada
mas no vivida, fue el activador de esta gran obra de Dios.
Te damos gracias, oh, Dios, te damos gracias e
invocamos tu nombre; ¡todos hablan de tus obras portentosas! (Salmos 7,1)
Oración: Bendito eres Señor, por tu amor y por tu
Misericordia. Gracias por todo lo que haces en tus hijos. Gracias por revertir
la obra del diablo en nuestras vidas y en las vidas de las personas por la que
oramos. Gracias por cada uno de tus milagros que hoy traes a nuestras vidas. Séllanos,
Señor con tu Amor y con la preciosa Sangre de Jesús, para que confiados en tu
amor avancemos en la plenitud de Cristo Jesús. Amen
Saludos y oraciones
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