Saturday, September 19, 2020

SANACIÓN INTERIOR (Parte I)

 "SANACIÓN INTERIOR ES SANACIÓN DE TODO RECUERDO QUE TE MANTIENE EN UNA CÁRCEL Y NO TE DEJA VIVIR LA PLENITUD QUE TE HA PROMETIDO JESÚS"(Juan 10, 10) -(Juan 8, 44).

El intelectualismo excesivo impide ser como niños frente a Dios. ¿Por qué?

se quiere probar todo con la lógica y la razón humana. Hay un sistema programado de sobresalir de competencia. Y la realidad es que no es malo siempre y cuando se sepa manejar, pero la mayoría de los casos los seres humanos no saben manejar este tipo de programación y pierden lo que se le podría llamar el rumbo a la vida y terminan amargados, frustrados, infelices, antisociales. Y lo más curioso es que a pesar de su carga están en busca de algo. Y es por eso que caen en doctrinas falsas y enseñanzas vacías. En todas las épocas podemos ver al hombre en busca de un dios superior de algo escondido, de un misterio. Y la verdad es, que es el hombre el que se esconde de Dios, No Dios del hombre.

Para entender lo que es sanación interior es necesario un encuentro personal con Dios Padre, Hijo y Espíritu Santo.

¿POR QUÉ?

Todos llevamos en nuestro interior un niño(a) herido. Unas personas en grados más grandes que otros. Pero la realidad es que hay un niño interior que necesita sanación. Hay más recuerdo en nuestro interior de nuestra niñez que la juventud. Hay que enfrentar al niño interior, hay que reconocer y es de vital importancia para la mejora emocional y para mantener una sana autoestima. Casi todos en la infancia hemos tenido heridas emocionales y, si no la solucionamos en su momento el niño interior puede estar dañado. Hay un niño malcriado dentro de nuestro interior que necesita ser corregido delante de Dios y eso nos lleva a una sanación interior, que nos lleva hacer personas más felices y agradables delante de Dios. Y por supuesto cuando somos agradables delante de Dios, somos agradables frente al mundo que nos rodea.

Nuestro niño(a) interior representa la parte de nosotros mismos que guarda intacta y, desde el punto de vista de un niño(a), las experiencias buenas y malas que vivimos. Estas experiencias dominan nuestros días desde lo más profundo del inconsciente esto ocurre naturalmente y de manera invisible. El niño interior se ha programado a través de las heridas que ha recibido, algunas heridas que nos obligaron a construir nuestra propia coraza de protección, y fórmulas con respuesta, que aprendimos a utilizar, hechas con algunas herramientas emocionales automáticas, que fueron útiles en esos momentos. Y los guarda como tesoros increíbles, ya que recuerda y nos muestra la potencialidad de aquellos que vimos hacer, el mundo que soñamos de pequeños, aquellas cosas que podemos experimentar cuando somos capaces de conectarnos con diferentes circunstancias que vivimos. Se hace un libro con páginas gigantes escritas con un solo autor, el niño herido interior.

La Renovación Carismática Católica, se ha extendido y rescata tantas almas, porque uno de los puntos principales es ayudar a las personas entrar en una renovación interior. Que es sanación interior. (Romanos 12, 2).

La mejor preparación es lograr la conversión.

Desear profundamente el cambio de vida, que es lo que han tratado las comunidades de que se lleve a cabo en la vida las personas que llegan. Al desear las personas el abandono de las cosas mundanas que

nos alejan de Dios. Y se comienza a apartar de los malos hábitos, dejar de practicar el pecado empieza a surgir esa sanación interior

La sanación interior es el resultado, en una persona, de un proceso de renovación de su mente y corazón, que le trae paz interior, lo libera del efecto negativo de los recuerdos dolorosos y le permite restaurar su vida presente de acuerdo con la voluntad y los planes de Dios para su vida. 

El corazón herido que se encuentra con el corazón de Jesús, sana a nuestro corazón enfermo dentro de la llaga del corazón sanador de Jesús, lo va sanando, lo va lavando con su sangre y nos va hablando de corazón a corazón. Y empezamos a entender que los planes de Dios son mejores que los nuestros. (Jeremías 29, 11).

Jesús sanaba toda enfermedad y toda dolencia. Endemoniados, epilépticos, paralíticos, ciegos, leprosos lo mismo las enfermedades del alma que la del cuerpo.

La compasión de Jesús hacia los enfermos y sus numerosas sanaciones de dolientes de toda clase. (Mateos 4, 24). Son signos maravillosos de que Dios ha visitado a su pueblo. (Lucas 7, 16). El vino para sanar al hombre entero alma y cuerpo y ser médico. Los enfermos trataban de tocarlo y quedaban completamente sanos. (Marcos 1, 40-42) -(3, 10-11) -(Marcos 6, 54-56) -(Marcos 16, 17-18)- (Mateo 15, 36).

La evidencia más maravillosa que Jesús les dio a los discípulos de Juan Bautista fueron las sanciones. (Lucas 7, 18-22).

Muchas veces nos parece que estamos encerrados en los problemas de la vida como en una cárcel. (Salmo 110).

Sanación interior. Dios creó al ser humano para una íntima relación con él, capaz de relacionarse adecuadamente con los demás hombres y en perfecta armonía consigo mismo. En estas áreas estamos llamados a vivir en plenitud. Dios nos quiere completamente sanos. Para muchos es fundamental el buen estado en la salud física, las personas invierten tiempo y dinero en su físico. Pero apartan su mirada de su interior, la salud de la mente, de los recuerdos, de las relaciones con los demás que han sido dañadas.

La sanación interior es el resultado, en una persona, de un proceso de renovación de su mente y corazón, que le trae paz interior, lo libera del efecto negativo de los recuerdos dolorosos y le permite restaurar su vida presente de acuerdo con la voluntad y los planes de Dios para su vida.

El Espíritu Santo nos va transformando en Jesús, pero necesita nuestra respuesta valiente determinada. La sanación interior es resultado, en una persona, de un proceso de renovación de su mente y corazón, que le trae paz interior, lo libera del efecto negativo de los recuerdos dolorosos Y le permite restaurar su vida presente de acuerdo con la voluntad y los planes de Dios.

¿Quién puede hacer sanación interior?

El carisma de sanación lo tiene todo laico comprometido que esté en gracia, santidad y haya pasado por un proceso de sanación interior con una madurez espiritual. Porque necesita discernimiento para que en cualquier momento el Señor pueda actuar en él; el carisma se presenta esporádica o espontáneamente según la necesidad que haya en ese momento. Las mayores sanaciones interior que se miran dentro de las comunidades son después de una alabanza y una predicación o un Seminario de Vida en el Espíritu.

Toda enseñanza de sanación interior de la Renovación Carismática es completamente sacada del Evangelio. Son Sanación y liberación de opresión. (No exorcismo, la Iglesia tiene un orden y su propio equipo para liberar a las personas que tienen posesión demoníaca).

Dios, principio y fuente del amor y del perdón. El perdón visto desde la fe perdona lo que tengas que perdonar, bienaventurados los que saben perdonar, María, madre y maestra del perdón. Para pensar y actuar de acuerdo con Dios tiene que existir un perdón genuino en nuestro interior.

NO ES OLVIDAR, SINO SANAR. Siempre nos dicen; olvídate de eso, eso te hace sufrir, eso que te duele, eso que te molesta, eso que al recortar duele más. No es olvidar sino sanar. Algo hermoso es entender que no es olvidar, sino sanar por medio de las llagas de Jesús. (1 Pedro 2, 20-25) -(Romanos 6, 3-14).

El Espíritu Santo es la medicina que todos necesitamos para llevar a cabo nuestra misión reproducir la imagen de Cristo en nuestra vida. El Espíritu Santo nos va transformando en Jesús, pero necesita de nuestra respuesta, valentía, determinación y disciplina.

Cuando recibes sanación interior, tu corazón se siente como les pasó a los discípulos de Emaús, puedes ver claramente que Jesús es el que sana, libera y restaura. (Lucas 24, 32).

La espiritualidad, clave para sanar el corazón. La oración, medicina para el alma. Orar por quien nos ha hecho daño es sanación sobrenatural para nosotros y para la otra persona, porque la falta de perdón, Dios la mira cómo una deuda. Para perdonar la violencia, el abuso requiere paz interior. (Mateo 18, 35) -(Salmo 51).

La experiencia del perdón es la puerta de acceso al conocimiento de Dios. (Romanos 5, 5-11). Cada vez que en la Iglesia recibimos el sacramento del perdón, lo que encontramos es a Jesucristo mismo, al Salvador al que intercede y el Padre perdona. Por eso es tan importante confesar el dolor que otros nos han causado. Cada una de nuestras confesiones es una celebración de gozo de Dios misericordioso, y fuente de una renovación interior.

Un corazón sano, sin heridas profundas y sangrantes, sin cicatrices dolorosas, es el principio fundamental de la paz interior de una persona, y de su equilibrio emocional, que regula y orienta sus relaciones consigo misma y también con los demás y con Dios. Es una persona que se ha reconciliado con Dios.

Ma. Sosa (Ministerio mujer levántate)

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