¡Hola, hermana en Cristo!
Tener fe es tener la plena seguridad de recibir lo que se
espera; es estar convencidos de la realidad de cosas que no vemos. (Hebreos 11,
1).
Usted me pregunta: ¿Qué es Fe? ¿Es pecado no tener fe?
La verdad es que sin fe no es posible agradar a Dios. Y todo
ese gran misterio de la fe está: en creer que existe y que recompensa a los que
lo buscan.
La fe no es una ilusión falsa. Lo que estos héroes de la fe
entendieron que era necesario ser constante en hacer la voluntad de Dios, para
conseguir la promesa. Y aunque tuvieron momentos y situaciones difíciles se
levantaban, aunque en ocasiones eran la burla de un pueblo. El pecado está en
perder el gusto por las cosas de Dios.
Cuando Dios visita a Abraham para anunciarle el nacimiento
de su hijo Isaac era contra toda esperanza, él y Sara eran ancianos. Sara
estaba escuchando a la entrada de su casa(tienda). Ella cuando escuchó la
promesa que Dios le estaba dando a su esposo, los pensamientos de ella NO
estaban equivocados, en su lógica humana era imposible. Ella se fijó en lo que
era una realidad en su vida.
Y Yahvé pregunta a Abraham: ¿Por qué se ha reído Sara? Fíjense
que hay un intercambio de palabra entre Sara y Yahvé. Ella sintió miedo: Porque
había escuchado las palabras que Dios le había dado a su esposo. ¿Hay algo
imposible para Yahvé? Hay datos muy curiosos en esta conversación de Abrahan y
Yahvé. Un ejemplo, el nombre de Isaac en hebreo significa o suena: Aquel con el
que Dios ha reído o se rió. (Génesis 18, 1-15).
Dios nos enseña a pensar como él y a actuar con él, y nos
invita a pedir. Hay que aprender a desear de la misma manera que él desea. ¿Qué
desea Dios? Que renunciemos a nuestra mala conducta y vivamos por la fe.
(Ezequiel 33, 11).
Hay una anécdota: Había una mujer muy creyente que vivía en el
campo. Empezó a orar para que Dios le diera una gallina, pero Dios le envió una
mazorca de maíz. Era la risa de todos sus vecinos campesinos. Ella sembró el maíz
y un tiempo después tuvo maíz llenando varias cubetas. Cada día ella
perseveraba en su oración y una mañana apareció un pollito a la orilla de su
cama. Ella feliz enseñaba a sus vecinos que Dios había cumplido su oración.
Pero, los vecinos que no la querían siguieron burlándose de ella. A los pocos
meses la gallina era una hermosa pollona y de repente apareció un señor con un
gallo porque había escuchado sobre la hermosura de la gallina. Ella le contó la
historia que alimentaba a la gallina con un maíz especial y que seguía
sembrando más porque quería que cuando Dios enviará el gallo también se alimentara
con el mismo maíz para tener cría. El hombre admirado de la confianza de la
mujer en Dios le regaló su gallo. Con la condición de que un día cuando fuera
viejo se lo devolviera. La mujer llegó a tener una de las granjas más grandes
de ese pueblo. Todo el mundo hasta sus vecinos compraba sus pollos. Aunque
ahora la burla no era porque ella oraba a Dios, era porque Dios le había dado
demasiado.
¿Qué significado tiene esta anécdota? Que la fe no es
comprensible en el ámbito del mundo, la fe es algo sobrenatural. La fe siempre
está acompañada de grandes sanaciones, liberaciones y bendiciones. Dios suple
de acuerdo no a lo que ella pedía, sino que la preparó para algo más grande.
¿Por qué? La fe es un don de Dios. (1-Corintios 12,
9)-Marcos 11, 22-25).
A través de estos hombres de la fe podemos identificar la fe
como lo explica la carta de Santiago. Hay que pedir con fe, con convicción.
Dios ha puesto a nuestro alcance la fe. Pero será probada, porque el enemigo
que es un ladrón vendrá como león rugiente a devorar nuestra fe. Es por eso por
lo que debemos tener paciencia y perseverancia. No culpar a Dios. Él no es
responsable de nuestros propios errores. (Santiago 1, 2-6) -(Santiago 1, 13-15)
-(2 Corintios 1, 20) -(1 Tesalonicenses 1, 3).
Revistámonos de la fe y del amor como de una coraza y sea
nuestro casco la esperanza de salvación. (1 Tesalonicenses 5, 8). Hoy digamos
como aquel padre del Evangelio: ¡Creo Señor, pero ayuda a mi incredulidad!
¡Creo Señor, pero aumenta mi fe! (Marcos 9, 23).
Ma. Sosa (Ministerio Mujer Levántate).
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