Saturday, August 17, 2013

Cuatro Consejos para mejorar nuestras relaciones familiares

No hagas reproches al pecador arrepentido; acuérdate que todos somos culpables. (Eclesiástico 8,5)


Que importante es este consejo Sabio de parte del Señor, es muy fácil caer en los reproches cuando alguien ha cometido una falta contra Dios y contra nosotros, de aquí que la misma palabra de Dios dice: Mejor perdona antes de que Satanás te haga pecar, cuando perdonamos olvidamos la ofensa y esto nos llevara a evitar cualquier reproche, cerrar esta puerta es de sabios, ya que evitaremos que el enemigo se cuele llenándonos de sentimientos negativos que podrían destruir nuestras relaciones familiares. La humildad y el Amor radica en reconocernos culpables ante el cielo y el prójimo, el ver primero nuestra viga en el ojo que la viga de los demás nos ayudara a ser cada día mas humildes, mas llenos de compresión, mas sabios y hacer relaciones mas compenetradas en el verdadero amor. Cuando seamos tentados al reproche recordemos que también somos pecadores y que si queremos ser perdonados debemos primero perdonar a otros.



Una respuesta amable calma la furia, una palabra hiriente hace que aumente la cólera. (Proverbios 15,1)


Muchas veces en ciertas discusiones familiares, de parejas, con los hijos o simplemente en el ambiente en donde nos desenvolvemos, se producen discusiones que mas allá de ser de alguna manera edificante, se van tornando en una lucha de "Poder", Si, el enemigo es astuto y nunca deja una oportunidad para hacernos fallar. He aprendido que una respuesta amable calmara la furia y entrara el equilibrio para que la conversación o discusión se torne edificante. Siempre cualquier intercambio de puntos de vistas entre personas será una manera de aprender, de identificar carencias, de conocer más a la otra persona, de mostrar sumisión, amabilidad etc...Una palabra hiriente nos robara la Bendición y no solo una palabra una acción también lo hará. Para nosotros no es un secreto que Dios permite las pruebas para Bendecirnos,  cuando con dominio Propio y obediencia podemos devolver el mal  con el bien. Cuando se suscite una discusión entre esposos, seamos los primeros en dar una respuesta de amabilidad, seamos los primeros en escuchar en vez de hablar y seamos aquellos que practiquemos el silencio, para dejar la mano Poderosa de Dios actuar en nuestros corazones y calmar la tormenta para que llegue a nuestras vidas un hermoso amanecer, dejando atrás las heridas y amando incondicionalmente.



Un hombre inteligente domina su enojo; al no hacerle caso a la ofensa se agranda. (Proverbios 19,11)



Muchas veces entendemos que no se nos es permitido enojarnos, o sentir molestia por ciertas cosas o actos de otros hermanos o en nuestra relación matrimonial, No, Dios conoce nuestros sentimientos, el enojo o la molestia ante ciertas situaciones no es pecado, el pecado se consume cuando no podemos dominar este sentimiento, cayendo en devolver el mal con el mal , lo que se nos pide es que mediante el Amor transformar la situación de enojo en un aprendizaje, el dominio propio hará que ante estas circunstancias comunes en nuestras vidas, la ofensa que recibimos de otros , nos agrande en sabiduría, en Amor, en control, en virtud...No quiere decir que por tratar de no defendernos ante la ofensa como otros lo esperan, seremos tontos, No, quiere decir que mostraremos mediante nuestro comportamiento, el  control del sentimiento de enojo, y esto será para la otra parte un ejemplo a seguir.  Las reacciones ante la ofensa serán en ambos lados equilibradas, lo que hará de una relación mas duradera, mas armoniosa, mas equilibrada, mas llena de amor y compresión, mas fuerte...Oremos para que en nuestras Familias ante el sentimiento de enojo tengamos cada uno dominio propio, dándonos ejemplo de sabiduría y cambios para que en nuestras relación familiar reine la paz, la alegría y el amor.



El que tira una piedra al cielo, le caerá en la cabeza, y el que da un golpe a traición se herirá de rebote.(Eclesiástico 27,25)


Cuantas veces hemos caído en la trampa, al cegarnos por las mentiras del enemigo, haciéndonos creer perfectos porque tenemos ciertas habilidades, sabiduría, estudios, posición social...dejando a un lado lo mas importante que es tener siempre humildad, prudencia y amabilidad, entonces comenzamos a tirar piedras al Cielo y estas nos darán a la cabeza. Tirar piedras al cielo también significa cada vez que juzgamos al Prójimo sin vernos nosotros primeros como seres imperfectos, significa que nos adulamos a nosotros mismos haciéndonos soberbios e intratables, pues la palabra es clara estas piedras caerán en nuestras cabeza.  De igual manera aquel que a traición engaña, estafa, miente, abandona, roba, mata hiere etc... Esta misma arma se devolverá a el, es simple hermanos, el enemigo nos lleva al pecado, nos engancha con mentiras, nos da, nos ofrece nos vende el producto como el mejor, pero a la final nos pasara la factura de todo esto, pues tampoco desea que estemos bien aun estando en el mundo, su mayor plan es destruirnos. Oremos para que Dios nos revele esta palabra siempre en nuestros corazones y en nuestras familias, que siempre tengamos presentes los consejos del padre y la verdad para que permanezcamos libres en Cristo Jesús .Amen


El demonio es como un perro rabioso atado a la cadena; no puede herir a nadie más allá de lo que le permite la cadena. Mantente, pues, lejos. Si te acercas demasiado, te atrapará. (Padre Pio)




M.S (Ministerios Mujer Tu Fe Te Ha Sanado)

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