Que
entendemos por oración de intercesión es en realidad una oración de petición.
Somos
nosotros diciéndole a Dios lo que nos gustara que él, hiciera, pero cuando
estamos en intercesión somos conducidos y guiados por el Espíritu Santo, hacia
aquello por lo que debemos orar y a la manera como debemos orar. En cada una de
esas situaciones, no fuimos nosotros las que iniciamos la oración, fue Dios,
quien llamo nuestra atención y una vez que Él, señalo una situación,
respondemos pidiendo a Dios que hiciera algo por eso. Si hubiéramos empleado
nuestros sentidos naturales, erramos, no hay resultado ni respuesta. Pero si es
el Espíritu Santo el guía y el autor de la oración, veremos vidas afectadas y
cambiadas por la intercesión. Donde quiera que estemos necesitamos estar
abiertos y disponibles para ser usados por el Espíritu Santo.
Para el
intercesor es necesario recibir las enseñanzas (guía) del Señor todo los días (ejemplo,
misa, lectura de la Palabra).
Somos
nosotros los que tenemos necesidad del Señor. Porque, muchas personas que
vienen a pedir oración dirán que necesitan oraciones por una cosa, pero en
cambio, nosotros podemos sentir que necesita oración en otras áreas de su vida.
Ejemplo-Tal vez sentimos su falta de esperanza o vemos y sentimos su soledad,
el corazón conoce y tiene su propio lenguaje. Es un don intuitivo que el Espíritu
Santo activa cuando nos enseña como orar. Lo mejor que tienen los intercesores
es que su don principal consiste simplemente en pedir al Señor, que haga lo que
él, ya ha revelado que quiere hacer. Dios respalda al intercesor.
Los intecesores
tienen el don de conocimiento de la mente y del corazón de Dios, que llegan a
adquirir por medio del trato con el Padre. El intercesor es instrumento de
Dios. Hay intercesores que son capaces de leer un corazón, pero eso no quiere
decir que tengan el don de leer los corazones Dios, en ese momento quiere que
sepan lo que esta sucediendo dentro del corazón de esa persona. Ejemplo-Tal vez
alguien este considerando suicidarse, entonces Dios, le va a indicar como orar
para evitar que se suicide.
El
intercesor confía en la disposición de su corazón, confía en sus sentimientos,
sobre todo si estas lleno de amor hacia una persona o una situación, porque ese
amor viene de Dios, y él lo esta poniendo en tu corazón. La compasión y el amor
de Dios es lo que sana.
El Señor
tiene la visión; tiene todo lo necesario para ayudar a cualquiera en cualquier
lugar o situación. Los milagros son fáciles para Dios, porque él, nos ama tanto
que su amor no tiene fin...El intercesor ama mucho, porque esta lleno de la presencia
de Dios, que es amor y es por eso que queremos dar, queremos hacer algo por
otros.
Los
intercesores van de un nivel a otro y a otro, y el Señor viendo sus
fidelidades, va confiando más y más. Dios nos llama a un ministerio en el que,
tomando los pecados de otros junto con los propios, llevemos el peso de sus
cargas por algún tiempo, para que ellos queden libres para recibir y aceptar
las gracias de Dios. A este nivel de intercesión, puede parecer a veces que
estamos haciendo doble trabajo: cargando con los pecados de otros, mientras
estamos todavía tratando de eliminar los nuestros. Por eso el casco de la
salvación es tan necesario debemos ''darnos cuenta'' que Dios, nos ama a cada
uno personalmente con un amor muy pero muy profundo. Nuestras mentes deben
estar libres de ideas negativas, de cólera, de rebeldía, de resentimiento y de
todas esas emociones que tienden a alejarnos de Dios. Porque si no de una
manera o otra, no tendremos fuerzas suficientes para luchar.
El
ministerio de orar por otros tiene una etiqueta y esa etiqueta tiene un gran
precio. Cada alma tiene un precio San Pablo dice: ''fueron comprados a un gran
precio'',( 1 Corintios 6, 20). Cada sanación tiene un precio, y nosotros como
intercesores, tenemos que ser como Jesús, y decirle ''Si'' para cargar, junto
con él, el peso de esa carga de la otra persona. Tenemos que ser parte de la
solución de nuestra propia intercesión. A menudo nuestro sufrimiento puede ser
toda la solución para que se produzca la sanación en otros, otras veces solo
una parte de la solución.
Cual es el
precio? LAS TRANSFERENCIAS, esto se da cuando Dios, transfiere parte del peso
de la carga de una persona que esta sufriendo a un intercesor que acepta llevar
la carga por algún tiempo por medio de la oración de intercesión. Simón de
Cirene hizo esto por Jesús, cuando le ayudo a llevar la cruz. a nosotros, también,
se nos pide eso.
Cuando Jesús
tomo sobre si mismo nuestros pecados, tuvo lugar una transferencia. Tomo
nuestros pecados sobre si mismo, para que nosotros pudiéramos ser sanados y consiguiéramos
la vida eterna. Jesús, continua hoy, Su oficio de intercesor, pero ahora por
medio de nosotros y su Espíritu Santo, él nos equipa, para ayudar a su pueblo.
Ahora somos nosotros los que estamos llamados a cargar con las cargas de otros.
Los
intercesores oran para obtener beneficios para otros, al mismo tiempo están también
luchando con sus propios pecados. No somos el Cordero Inmaculado como lo era
Jesús, pero estamos tratando de serlo. Estamos en proceso para llegar a ser
puros. El Señor, nos enseña como tenemos que proceder en cada caso, sanando las
heridas de otros, nos llevara a un nivel cada vez mas elevado, sanando a la vez
nuestras propias heridas.
Las
transferencias por lo general afectan nuestras emociones. ¿Se han levantado algunas
veces sintiéndose muy irritables, siendo así que desde el punto de vista
natural, no tienen ningún motivo para sentirse así?
Solemos
decir: Creo que hoy me levante con el pie izquierdo o por el lado izquierdo de
la cama. Puede ser que Si, puede ser que No, puede ser que Dios, nos este
usando como intercesores. Siempre que sintamos la posibilidad de que estemos en
intercesión por algo o por alguien, primero debemos tratar el caso como si se
tratase de nuestro propio pecado, tratemos esa carga, como si fuera nuestra
propia pecado y actuemos contra el como si así fuese.
Si en
realidad es nuestro pecado con eso saldremos ganando. Si el que cargamos es el
pecado, de alguien ambos saldremos ganando. Siempre que tratamos de desarraigar
el pecado, solamente podemos salir ganando. Cuando de hecho se nos imponga esta
carga, esta emoción o este pecado, a menudo esta misma transferencia nos dirá
como orar.
Si estas
enojada y por el momento no ves la conexión de este enojo en tu vida, puedes estar
segura que alguien esta enojado y necesita ser liberado de ese enojo. Cuanto
más rápido reconozca la transferencia más rápido controlaras esa emoción y la
llevaremos a Dios y oremos para conseguir que la gracia llegue al que la
necesita, cuanto más rápido intercedamos más rápido será sanada esa persona (en
muchas casos ni sabremos quien es la persona). Cualquier cosa que estemos
experimentando, si no oramos para conseguir la gracia para otra persona,
lucharemos con el enojo, puede convertirse en nuestro propio enojo. Siempre
tenemos que reconocer que por alguna razón estamos viviendo en una cultura muy colérica,
en el mundo entero hay cólera, no importa en que nivel social o ambiente vivas.
Los
intercesores pueden sentir cólera en todos los ambientes donde viven o cualquiera
que sea su circunstancia y será necesario toda la energía que tengan para
aparecer amables cuando se sientan de esta manera, para no retroceder ante esa
transferencia. Oren por quien quieran que sea la persona o las personas que
viven con esa clase de cólera. Por que gracias a su intercesión ellos
encontraran alivio.
Como lo sabrás
una vez que la persona obtenga la gracia inmediatamente la sensación de cólera desaparecerá
en usted. Se va tan pronto como vino. También como intercesores cargamos con
nuestras propias emociones y a veces podemos también cargar con transferencias
de las emociones de otras personas. Y todo sucede con tanta naturalidad que hay
veces que no nos podemos notar la diferencia entre una emoción y una
transferencia. Tal vez desde hoy nos debemos preguntar, ¿Es este mi propio
sentimiento, o es de otro? y si no estamos seguro podemos pedir a un hna. En
Cristo que ore por nosotras porque necesitamos saber, y Dios nos confirmara.
Es una gran
ventaja para nosotras, saber si es esta una transferencia o es nuestro pecado
personal. Nos ayuda mucho como intercesoras. Por eso es siempre bueno estar en
contacto con alguien que entiende esta clase de ministerio. Necesitamos que
alguien nos ayude a discernir. Cuando ya sepamos que estamos en transferencia,
podemos orar así, ''Señor, dale la gracia para que salga de eso, Dásela al Señor''.
Un testimonio de ejemplo-Un día al final de la misa el sacerdote me dijo: Hna. Ore
por mi, yo le conteste por supuesto Padre, al subir a mi auto y comencé a orar por el: ayuda Dios mío, en cualquier
cosa que necesite. El no me había dicho porque quería que orara. Yo conducía por un área muy conocida, donde a diario
pasaba, hubiese podido conducir con los ojos vendados pero me extravíe y termine
dando vueltas en círculos. Todo esto me pareció muy extraño porque nunca me había
pasado cosa semejante. Cuando de pronto me vino la luz: El sacerdote que me acaba
de pedir oración esta en confusión, esta yendo en círculos ''Esa fue una
transferencia: yo tuve su confusión, pero mientras yo iba en círculos, el pudo
pensar claro, y hizo su discernimiento y tomo una buena decisión. Eso se llama
ser victima de su propia intercesión. Pude tomar la confusión de ese sacerdote
por un breve espacio de tiempo para que el pudiera obtener la luz y la
dirección del Señor.
Las
transferencias no solamente pueden ser emocionales, sino también físicas, te
puede venir un dolor de cabeza sin ningún motivo. Un dolor de cabeza puede ser
un símbolo de la corona de espinas que Jesús llevo para combatir el pecado de
soberbia.
En ese caso
podemos orar así: Señor, quienquiera que sea que esta batallando con la
soberbia, dale humildad para que te diga Si, y se entregue totalmente a Ti
Cuanto más
intercedamos mas gracias de Dios vendrán y sabemos que alguien a recibido las
gracias para poder entregarse completamente a la voluntad del Padre.
Ejemplo-otra
transferencia muy difícil es la depresión, porque siempre pensamos que es
problema nuestro. ¿Nos preguntamos? ¿Soy fiel a la oración?¿me estoy
alimentando bien? ¿Estoy descansando lo suficiente? es bueno que nos
preguntemos porque es necesario verificar en nuestra misma persona. Y una ves
que nos hemos preguntado podemos encontrar que todo anda bien, podemos llegar a
la conclusión de que estamos sufriendo las síntomas de depresión de otra
persona.
Aquí en los Estados Unidos de América se esta sintiendo una terrible depresión,
desaliento y falta de esperanza en la atmosfera.
Los
intercesores pueden sentir eso como una transferencia llevando la carga de
otros y orando por ellos para que obtengan la gracia de salir de esa horrible
esclavitud. Una cosa que tienen estas transferencias, de la que hay que
cuidarse, es que siendo tan naturales pueden fácilmente pasar desapercibidas,
que ni siquiera se de uno cuenta que son transferencias. Otro ejemplo de una
transferencia, la fatiga, hay días que andamos arrastrando los pies. Otro
transferencia es la fiebre Dios puede usar tu cuerpo sano para que otro reciba
fortaleza.
Otro ejemplo
transferencia y es la carga mas pesada sobre los hombros de un intercesor es la
soberbia. La soberbia puede manifestarse en rebeldía, cólera, orgullo
espiritual, y es parte de los sietes pecados capitales (soberbia, avaricia,
envidia, cólera, lujuria, gula y pereza). A veces la soberbia puede ser muy
sutil y cuando menos esperas estas dentro de ella. Por que cuando llevamos en
nosotros el pecado de la soberbia en nuestro interior esta siempre quiere
desquitarse y ser agresivo extremadamente y defensivo, exigente odioso. Esta es
una carga muy difícil de llevar por otros, ya que también esta en gran parte
dentro de nosotros mismos, en nuestras mentes, alma, espíritu y aun en nuestro
cuerpo. Así pues, cuando llevemos la soberbia, como carga puede ser muy pesada.
Santa Teresita experimentaba muchas transferencias. Ella decía que Dios la ponía en ese túnel oscuro para que otros
tuvieran luz, por eso no tenia miedo.
Como
intercesores nos hemos podido dar cuenta que tan difícil es para una persona
tener el deseo de amar a Dios o a cualquier otra persona, cuando están viviendo
en la oscuridad todo estas cargas los agobia por el peso del pecado. Es por eso
que Dios los alivia de la pesada cargas y nos pide que llevemos nosotros la
carga hasta que la gracia de la paz les llegue. No hay porque tener miedo el Espíritu
Santo es nuestro guía.
Intercesores
del Cordero
Madre Nadine
Brown
Copilado por: María Sosa ( Ministerio Mujer Levántate)
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