¡Hola, hna. Cristo!
Que el Dios de toda esperanza los colme gozo y paz en el
camino, de la fe y haga crecer en ustedes la esperanza por el poder del
Espíritu Santo. (Romanos 15, 13).
Usted me pregunta: si le puedo explicar más sobre esta
raíz de amargura que puede ser generacional.
Hay que pedirle al Espíritu Santo por discernimiento,
revelación y a través de su ayuda podemos tener una idea de la razón del brote
de amargura dentro de nuestras generaciones. Y cómo tratar con esto, o de dónde
viene la raíz de la amargura. Puede ser algo que viene de nuestra niñez, que
fue activado dentro de nuestro hogar, por medio de nuestros padres y que, al
empezar a surgir la infidelidad del esposo, brota la raíz de amargura.
Se lo explico un poco mejor, porque surge la raíz de
amargura dentro de la familia. Existen ciegos del cuerpo y ciegos del espíritu,
y si es horrible la ceguera de los ojos físicos, mil veces es peor la es
espiritual. Cuando nuestro Señor habló de la ceguera en el tiempo de él había
bastantes ciegos, recuerde culpaban de su ceguera a los pecados de los padres.
Por supuesto no toda la ceguera física era por pecado de los padres. Pero, si
la mayor parte de la ceguera espiritual es. Nunca se ve a un ciego guiar a otro
ciego. En otras palabras, en un instituto de ciegos, no vas a ver salir a la
calle a un ciego guiando otro ciego, siempre tienen un guía. (Lucas 6, 39-40).
Dios siempre ha buscado al hombre para tener una relación
con él.
Una verdadera relación, ambas personas se sienten amadas y
respetadas, por la otra, no importa el tipo de relación que sea de padre a
hijos, esposos, abuelos o amigos. Disfrutan estar juntos, compartir y si tienen
a Dios como centro de sus vidas saben perdonar y pedir perdón, cualquier error
que se cometa contra la relación. Las personas que entienden esta regla saben
que hasta su relación con Dios requiere tiempo y muchas veces hay que pedirle
perdón a Dios, por errores que cometemos y Dios instantáneamente nos perdona.
Por supuesto siempre y cuando sea de corazón. No de labios solamente. (1 Juan
3,18).
¿Qué sucede cuando Jesús llega y nos inunda con su perdón?
(1 Corintios 3, 16) -(1 Pedro 4, 8).
Quisiera hacer una distinción entre lo que es una casa y lo
que es un hogar. Me gusta mucho la definición en un vídeo de bienes raíces que
mire hace un tiempo de un arquitecto, acerca de lo que es una casa. Él dijo que
una casa es un edificio solamente es fácil de construir. Ahora lo que es
difícil de construir es el diseño en el interior de esa casa, para complacer al
dueño de ese hogar. La casa es donde vivís, pero, hay una diferencia entre lo
que es una casa, el edificio y un hogar. El hogar es donde está el corazón del
dueño, están sus gustos, sus detalles, sus memorias y sus colores predilectos y
es donde vivirá con su familia. La imagen en la mente del dueño está fija en
hacer un lugar especial para él y su familia. Es más, este arquitecto se tomó
el tiempo de conocer a toda la familia y los gusto hasta que comían, por la
importancia de las celebraciones familiares al diseñar la cocina.
Hay que identificar y ver si puedo decir yo vivo en una
casa, ¿o el lugar donde vivo es realmente un hogar? una casa es un lugar, es un
edificio para habitar. ¿Y puede estar ocupada o puede estar vacía?
Hay una casa donde viven varias personas juntas, pero
pareciera que no vive nadie. Nadie habla, todo son peleas, no se disfruta el
hogar. Hay hombres y mujeres que llegan de sus trabajos, negocios y a duras
penas saludan a su familia, a sus hijos, porque tuvieron un mal día en su
trabajo, negocio directo a su habitación se bañan, comen, pero están ausentes
dentro de su hogar.
La pareja cuando se unió en matrimonio decidió que se iba a
formar un hogar. Se van a vivir en una casa porque la casa es edificio, pero lo
que ellos van a formar dentro de esa casa es un hogar. El hogar es donde se
transmiten los valores, los principios de aquellas virtudes que Dios sabe que
necesitamos, sus hijos para poder vivir el propósito que él tiene para nuestra
vida y de la familia.
Realmente en un hogar nosotros transmitimos muchas cosas.
Podemos observar diferentes familias, pero cada familia tiene una cultura
hogareña. Y un comportamiento diferente, dentro de su hogar, para comer la hora
que comen, qué clase de comida comen, cómo se maneja la mesa, para saludar,
cómo se tratan unos a otros, cómo tratan los hombres a las mujeres de esas
culturas se transmiten de una generación a generación.
La verdad la virtud más especial y grande que nosotros
podemos transmitir a nuestros hijos, que ellos puedan entender, es la virtud
del perdón. El perdón es algo que nosotros no sólo oímos, sino que vemos,
hablamos y sentimos en nuestro crecimiento y son muy pocos los hogares que lo
practican. Hay culturas llenas de resentimientos social y ese resentimiento se
hizo una amargura, porque no se practicó, la virtud del perdón.
Si se perdona una falta, se refuerza la amistad; si uno
la da a conocer, perderá a su amigo. (Proverbios 17, 9).
La palabra humana es un agua profunda, un manantial
surgente, una fuente de vida. (Proverbios 18, 4).
Muéstrale al niño el camino que debes seguir, y se
mantendrá en él aun en la vejez. (Proverbios 22, 6).
Los padres enseñamos con el ejemplo y no sólo con palabras,
cuando nosotros enseñamos con el ejemplo y no sólo con lo que decimos, el hijo
en el camino que debe de andar y aun cuando fuere viejo no se apartará de él.
Nosotros enseñamos con lo que vivimos no con lo que hablamos. Los hijos, aunque
cuando son pequeños andan todo el día en el hogar, de un lado a otro, subiendo
y bajando, corriendo, están todo el tiempo observando.
¿Qué está enseñando o que le enseñaron? En el hogar se
enseñan con principios y valores nosotros enseñamos modales, enseñamos finanzas
es decir cómo manejar el dinero, enseñamos los roles de cómo se debe de llevar
un hombre y una mujer, enseñamos el principio de puntualidad, enseñamos el
principio del respeto a las demás personas, enseñamos no robar, enseñamos el
arreglo personal, enseñamos actitud de vida, enseñamos comunicación. A los
padres Dios los ha equipado con una caja de herramientas.
¿Ahora qué herramientas se usaron para crearla usted y a su
esposo? Figúrese usted su esposo se crio dentro de un hogar donde la mamá nunca
pudo dar orden, porque le tocó vivir con su suegra, porque el papá, era hijo
único. Un padre bebedor amargado por sus malos negocios, abuelos que vivieron
juntos años sin hablarse en una misma casa hasta diferente dormitorio. Y una
mamá amargada y herida. Usted una mujer criada en otro modelo, pero igual
herida por la infidelidad de su papá a su mamá un hombre que vivía una doble
vida con dos casas en diferentes pueblos y vida pública.
Lo que puedo ver es que ustedes trataron de cambiar el
modelo para criar a sus hijos, pero se les olvidó lo más importante cambiar
ustedes su interior. (2 Pedro 3, 21).
Toda esa amargura y heridas de su niñez las llevan a flor de
piel. Usted se refugió en el dolor de su mamá y dureza. Y su esposo en tener
una segunda persona en otro lugar como dama de compañía. Aunque no es público y
no ha formado una familia con esa persona, como hizo el papá, es el mismo
pecado y se denuncia, cómo adulterio.
¿Qué ha sucedido? Nos enseñan a herir, nos enseñan a callar,
nos enseñan a que, si uno se pelea, no le hable al otro como castigo. Todo esto
comienza en nuestro diario vivir dentro del hogar, peleas, rechazo, nos roban
el derecho de defender, golpes regañadas sin motivos, acusaciones y más
acusaciones. Nuestros padres nos fueron llevando por caminos equivocados, sin
ellos ni saberlo. Ciegos guiando otros ciegos. (Mateo 15, 14).
¿Qué deseo explicar? que todas esas herramientas que
copiamos del comportamiento de nuestros padres y ellos copiaron de sus padres
son las cadenas que nos han llevado a formar una atmósfera dentro de nuestro
hogar de no soportarnos unos a los otros. El ser humano no fue creado por Dios,
para vivir lipidia, golpes, amarguras desplantes. Esas herramientas no vienen
de Dios, que construyó y creó todo lo que existe con los mejores colores, el
mejor pincel en sus manos y si eso fuera poco, trajo a su Hijo Único al mundo y
lo dio por nuestros pecados como Cordero en un matadero. (Juan 3, 16-17).
Definición: Herramienta, nombré femenino-Instrumento,
generalmente de hierro o acero, que sirve para hacer o reparar algo y que se
usa con las manos” herramientas de corte.
Conjunto de instrumentos que se utilizan para desempeñar un
oficio o un trabajo determinado.” no se puede hacer un trabajo de carpintería
sin las herramientas adecuadas"
El deseo de Dios es que tengamos una nueva comunicación con
el Espíritu Santo. La comunicación que hasta ahora hemos tenido, viene de un
mundo caído de tinieblas que se abrió delante de nuestros antepasados por la
iniquidad. No podemos culpar a nuestros padres, porque ellos también fueron
víctima de iniquidad son cadenas ancestrales que han arrastrado. La
imposibilidad de liquidar una deuda de tal magnitud significaba que el siervo y
su familia serían vendidos a esclavitud hasta que este pagara sus cuentas
pendientes. Eso es lo que han vivido nuestros antepasados y nosotros. Es por
eso que al reconocer nosotros a Jesús toda deuda queda pagada para nosotros y
esos pecados pierden fuerza, porque empezamos a vivir en un nuevo caminar. Más
bien Dios nos llama a honrarlos. Imitando siempre a Cristo. (Efesios 5, 1-2) -(Efesios
5, 1-3).
¿Por qué hay que tener un encuentro con el Espíritu
Santo? El Espíritu Santo cambia la vida de las personas, trae un nuevo
despertar a su vida y empiezas a ver lo imposible, posible. Aprendes a ver la
vida a través de la palabra de Dios. Ya no la miras como la mujer amargada y
herida. Empiezas a ver que hay un mundo espiritual desconocido delante de ti y
reconoces que nada de lo que te ha sucedido o te está sucediendo Dios a estado
de acuerdo con ello. Nace una humildad en su interior como la de un niño. (Efesios
6, 10-18) -(Gálatas 5).
En verdad les digo: si no cambian y no llegan a ser como
niños, nunca entrarán en el Reino de los Cielos. (Mateo 18, 1 - 7).
Somos humildes cuando reconocemos nuestras limitaciones y
debilidades. Los niños piden ayuda cuando la necesitan y piden perdón cuando
deben hacerlo. Luego siguen con lo que están haciendo sin guardar rencor.
Necesitamos aprender de ellos a pedirle ayuda a Dios y a los demás, sentir que
hemos fallado, no necesariamente tenemos que sentirnos derrotados. También
debemos aprender a pedir perdón sin guardar rencor y luego seguir adelante con
la ayuda y dirección de Dios.
Jesús, nos describe el perdón como una deuda, esto se puede
encontrar en la parábola: El que no perdonó a su compañero. (Mateo 18, 23 -
35). Hay puntos claves en esta parábola: Debemos perdonar a los demás, Dios
perdona el pecado de las personas, debemos perdonar incondicionalmente sin
límites. Como el Padrenuestro. (Mateo 18, 21-22) -(Mateo 6, 9- 15).
Perdonar a alguien es eliminar la deuda que tiene o dejar de
lado la ira que sentimos hacia ellos, por hacer algo mal. Estas duras palabras
de Jesús reflejan la importancia de que Sus seguidores se perdonen unos a
otros. El perdón no siempre es fácil, pero como Dios nos perdona, debemos
perdonar a los demás. Jesús murió para que nuestra deuda pudiera ser borrada.
María Sosa (Ministerio Mujer Levántate).