Saturday, August 15, 2020

¡Liberen a mi pueblo!

 ¿Por qué tienen tanto miedo? — Jesús dijo a sus discípulos—. ¿Todavía no tienen fe? (Marcos 4,40)

Quiero compartirles algo, que creo Dios, me inquieta a escribirlo. El 10 de febrero de este año, 2020, a las 3:30 am aproximadamente, escribí algo que creo vino de Dios a mi corazón. Muchas veces, aunque confieso que no todo el tiempo, escribo lo que llega a mi corazón en momentos de oración. Este día en cuestión, no estaba en oración por iniciativa propia, para que negarlo, efectivamente me levante angustiada a esa hora de la madrugada, y lo que normalmente hago es sentarme a orar o a escuchar.

Voy a copiar textualmente lo que escribí ese día: La vida se les cae a pedazos, quieren como atajar cada pedazo que se esta cayendo, aun sin saber que no pueden sostenerlo, tienen manos débiles, manos que no han sido adiestradas para sostener lo que venga de Dios, que es su voluntad y es por el bien de sus vidas. Cuando el estruendo viene, solo dejen que todo se caiga, acaso: ¿No puedo yo construir el templo en 3 días?, tengo el poder y el amor para hacerlo, ¡mira la cruz…No tengas miedo! Lo tienes porque no confías en que yo soy el arquitecto del mundo. Lo que anteriormente construiste sin mi y se derrumbó, no volverá ha hacer de esa misma manera, si dejas todo caer y me dejas hacerlo de nuevo. Te busco y te busco, pero tus miedos me expulsan de tu corazón, por eso NO dejo de buscarte, conozco ese miedo, pero me sometí al Padre y fue hecho.

Bueno, hay tantas cosas que meditar sobre esto, que necesitaríamos varios escritos. Nótese por la fecha, que todo esto de la pandemia, cuarentena y crisis, no comenzaba. Ciertamente en lo personal tengo yo mis luchas, mis pasos con Dios, mis aciertos y desaciertos. Pero ahora que estamos en plena tormenta, he comenzado a comprender y a tratar de ver la palabra de Dios con ojos nuevos, de tal manera que sea mi guía, sostén, consuelo, fuerza etc…en estos momentos, en el que creo todos estamos viviendo.

De estas palabras lo que más me llama la atención es:

1.- Todo cambió: La vida se nos cae a pedazos, pero aun así queremos tratar de mantener. Seríamos unos mentirosos, si no confesamos, que un sacudir de la vida, trae muchos sentimientos encontrados. Es como estar en casa, con cierta estabilidad, y de repente, comienza el temblor, te tocan la puerta, y te dicen: Sal corre, Apúrate, no hay tiempo, corre por tu vida. ¿En segundos, comienzas a pesar de que es esto? ¿Porque esto?, Donde voy? ¿Salvarla de qué? entonces pensamos en tomar o tratar de “Salvar” cosas que creemos debemos conservar, esto en lo material y/o espiritual.

Esta llamada de atención de Dios me parece un grito: ¡Liberen a mi pueblo! Como la historia de liberación de Israel de las manos de Egipto. Un pueblo esclavo, que luego pasa por el desierto, recibiendo mana, dirección, acompañamiento, etc, pero DESDE UN LUGAR SUMAMENTE INCÓMODO, EL DESIERTO….Seamos sinceros, la palabra desierto nos da escalofríos. ¿Pues quien quiere estar allí? Nadie, pero es la manera de Dios de liberar, amar, moldear, bendecir e instruir a su pueblo.

2.- Manos débiles: Si nuestro Señor, no nos adiestra, enseña, nos ama, nos libera…si no nos manda a un desierto, donde la única opción es entablar una relación con El, difícilmente podemos recibir sus bendiciones, mucho menos conservarlas. En Isaías 35, El profeta, profetiza sobre la alegría de los REDIMIDOS. Nótese que, en el primer y segundo versículo, dice:  Se alegrarán el desierto y el sequedal; se regocijará el desierto y florecerá como el azafrán. Florecerá y se regocijará: ¡gritará de alegría! Se le dará la gloria del Líbano, y el esplendor del Carmelo y de Sarón. Ellos verán la gloria del Señor, el esplendor de nuestro Dios. Claramente, el desierto y nosotros seremos renovados. Es allí en los desiertos, donde fortalecemos nuestras manos y nuestras rodillas. Donde se aprende a escuchar a Dios, donde se comprende un poco más de su amor. Es en los desiertos es donde experimentamos   en nuestro corazón una profunda necesidad del toque sobrenatural de Dios para poder seguir adelante. ¡Entonces hay que SOLTAR! Creo profundamente, que no se trata de que Dios quiere arruinarnos, o dejarnos caer, mas bien es comprender, que si en la vida real, te soltaran en un desierto, mientras menos equipaje tengas, más fácil será atravesarlo.

 3.- Poca Fe, infunde el miedo: Tal cual uno de los ejemplos de tantos que nos muestra la palabra de Dios, la cita que use para comenzar a escribir, Marcos 4, aun y cuando ya los discípulos, habían vistos milagros y prodigios de Jesús, aun y cuando el mismo Jesús estaba en la barca. Cuando se desató la tormenta, los discípulos se aterraron, me imagino que creerían que era el final. En su afán, pues Jesús dormía, los discípulos los despiertan y le dicen: ¡Maestro! —gritaron—, ¿no te importa que nos ahoguemos? . Entonces Jesús en el versículo 40 les contesta: ¿Por qué tienen tanto miedo? —dijo a sus discípulos—. ¿Todavía no tienen fe?.

Los miedos ante las tormentas en las vidas se van a evidenciar, las tormentas son precisamente la oportunidad que tenemos para ejercitar y renovar nuestra fe. Pues no quiere decir que no somos creyentes, o que no confiamos en el poder de Dios, es que las vivencias pueden desatar miedos que paralicen nuestra relación con Dios, y la fe absoluta de que vendrá una solución. Por esa razón, creo plenamente que Jesús NO deja de buscarnos, mas bien ponemos un bloqueo en nuestro corazón al dejar el miedo reinar. Entonces Jesús se queda en la barca, pero comienza a dormir, no porque no le importa, no porque quiere que la tormenta nos aplaste, más bien para graficarnos, su tranquilidad y plena confianza en su Padre. Para que, en medio del pánico, en vez de seguir colocando obstáculos en nuestro corazón, lo despertemos a gritos.

Para Finalizar, la construcción del templo en 3 días nos es mas que la resurrección, la resurrección no ocurrió sin una crucifixión, y la cruz no se dio, sin un vía crucis. Se que no son fáciles los tiempos que estamos viviendo, pero estoy aprendiendo a simplificar la palabra de Dios, a conocer de una manera más sencilla a Jesús. A ese Jesús que revolucionó la ley, que amo a los pecadores, que debatió con los fariseos, a ese Maestro que enseñó con cuentos, parábolas y comparaciones. Quiero y lo deseo también para cada uno de ustedes, renovar en este desierto la relación con nuestro creador. Llegar a Él tal cual estamos, tal cual somos, sinceros y auténticos. Que prestemos oídos para su palabra. Que veamos estos cambios, como el inicio a una gran cosecha. ¿Que si preguntamos por qué? Y no obtenemos respuestas, confiemos. Que admitamos que nuestras manos están débiles, que nuestro carácter debe ser tratado, para recibir. Que los miedos no pueden reinar, que debemos ahora más que nunca tener FE, tenemos que creer que Dios está en control, que todo obrará para nuestro bien. Que debemos abrirnos pues necesitamos llenarnos de mucho amor, pues llegarán hermanos más abatidos que nosotros y tendremos que ayudarlos, abrazarlos y amarlos.

Saludos y Oraciones

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