Tuesday, August 11, 2020

La Desgracia en el paso de la Esperanza

 Recuerda que durante cuarenta años el Señor tu Dios te llevó por todo el camino del desierto, y te humilló y te puso a prueba para, conocer lo que había en tu corazón y ver si cumplirías o no sus mandamientos. (Deuteronomio 8,2)

Hace algunos días tuve un sueño, luego de meditar, orar y preguntar a Dios sobre su mensaje, me llego al corazón compartirselos. Siento que es muy probable que muchos se hayan sentido de esta manera, o estén viviendo situaciones similares.

En mi sueño, estaba reunida con mis antiguos amigos del colegio, la reunión era en un centro comercial muy grande, en donde por cierto había muchísima gente. Al terminar esa reunión, ya dirigiéndonos al estacionamiento, una de mis amigas del pasado, me encomienda llevarle su auto, o me pide si puedo llevar su auto. En principio, pensé, ¿qué voy a hacer?, pues quien llevara entonces mi auto? Pero al final termine aceptando su petición. Subí al auto con mi hija, tenía una dirección a seguir en mente, así es que me dispuse a encontrar esa salida que me llevaría al camino de encuentro. Desesperadamente recorrí ese gran estacionamiento sin encontrar la salida, algunas salidas no eran las correctas, otras estaban cerradas. En dado momento mi desesperación era tanta, que detuve el auto, y escuche inmediatamente una voz que me decía: ¡Pregunta!, así es que pregunte a un hombre en una de esas salidas, y este me indicó dónde debería ir. De esa manera lo hice, me di cuenta de que la salida estaba en cuesta, es decir una rampa inclinada, luego de salir también tuve algunos inconvenientes en el camino, se presentaron ciertos problemas que llamaron mi atención, y que lo único que hacían eran detenerme o desviarme del camino.

Ahora bien, sabemos que Dios dispone todas las cosas para el bien de quienes lo aman, los que han sido llamados de acuerdo con su propósito. (Romanos 8,28)

Creo que, en nuestras vidas, conscientes o inconscientemente tomamos tareas que no nos corresponden. Tal vez por circunstancias familiares, luchas ajenas, situaciones que pareciera a simple vista, no eran parte del destino propio. Ahora bien, ¿debo pensar que Dios se equivocó?, que no tiene el control de toda situación? Mi respuesta es categóricamente NO, la verdad es que Dios nos respeta, tomamos decisiones sin la sabiduría divina, tomamos decisiones en la carne o guiados por otras personas sin incluir a Dios. Tal vez si no hubiera aceptado la encomienda de mi amiga, hubiera tomado mi auto, encontrado la salida y llegar a casa con menos problemas. Tal vez nos es algo que aceptamos por decisión, si no por imposición. Pero a resumidas cuentas, nuestra certeza debe estar cimentada en que: DIOS TIENE EL CONTROL DE TODA SITUACIÓN. TODO LO QUE EL DISPONE, OBRARA SIEMPRE A FAVOR NUESTRO, AUNQUE EN EL MOMENTO NO ENTENDAMOS NADA.

La segunda parte que entendí es que aun estando donde Dios no te mandó a estar, puedes preguntar. Si podemos preguntar. Podemos de igual manera acercarnos a Dios, pedir perder, dirección, solución, ayuda socorro, preguntar por la salida. Dios Padre en su amor y misericordia nos guiará.

Es propicio pensar también, en la situación espiritual, emocional, de salud, financiera que estamos viviendo debido a las consecuencias de esta pandemia. Podríamos sentirnos muchos agobiados, encerrados y tratando de buscar la solución, la salida a esta situación. ¡También son buenas noticias pues PREGUNTA!  Jeremías 33,3 “Clama a mí y te responderé, y te daré a conocer cosas grandes y ocultas que tú no sabes”. La palabra de Dios no ha cambiado y mucho menos el Dios de nuestros antepasados.

Debemos recordar también que, en los INVIERNOS o DESIERTO fue donde Dios preparó a la mayoría de sus hijos para cosas mayores. Desde el Antiguo Testamento hasta el Apocalipsis, tenemos claros ejemplo de esto. El desierto es un lugar de transformación. No importa si tu desierto se llama desempleo, silencio, enfermedad, o muerte. Al salir de allí, tú serás una mejor o peor persona. Quizá resultes convirtiéndote en alguien más maduro en el Señor y más sensible a su voz… o posiblemente alguien más amargado, cínico, y desesperanzado. ¡Pero jamás saldrás igual! Así que la pregunta clave es: ¿cómo salir victoriosos de los desiertos entendiendo la forma en que Dios puede usarlos? La respuesta está en la provisión de Dios para nosotros.

En conclusión: Sea que, por malas decisiones, cargas del pasado que no debiste llevar, por desobediencia, por la decisión de Dios…etc.…sea como sea la realidad es que el mundo entero esta viviendo un desierto. Personalmente también lo estamos viviendo. Bien sea que ya estabas en él, o debido a esta situación mundial acabas de entrar. Esto no es lo importante. Lo importante es comprender más allá, entre las búsquedas de salidas someterse a Dios, conectarse con Dios, dejarse llevar por Dios, Preguntar a Dios, creerle a Dios. No cabe duda de que vas a encontrar las respuestas. La mayor necesidad que tiene el hombre en esta vida y en medio de los desiertos es una relación íntima con Dios.

Hoy te animo a CONFIAR más en el Señor, se que no es fácil, pues mi persona misma está viviendo situaciones muy duras. Pero si te sirve de algo, resisto, me aferro a Dios, traigo a mi corazón cada palabra en donde nuestro Dios nos promete que estará con nosotros, sin abandonarnos. Y como siempre digo: ¡UN DIA A LA VEZ!

La oración no debe ser menos que la conección y la construcción de una relación con Dios, si ya la tenias, pues es hora de madurar en ella, de pasar al otro nivel de intimidad con el Padre.

Por eso, ahora voy a seducirla: me la llevaré al desierto y le hablaré con ternura. Allí le devolveré sus viñedos, y convertiré el valle de la Desgracia en el paso de la Esperanza. Allí me corresponderá, como en los días de su juventud, como en el día en que salió de Egipto. (Ósea 2 14-15)

 

Saludos y Oraciones

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