Wednesday, August 26, 2020

SE EL PADRE O MADRE, QUE DESDE NIÑO QUISISTE QUE FUERAN LOS TUYOS

 

Él sana a los que tienen roto el corazón, y les venda las heridas. (Salmos 147,3).

Las heridas emocionales se crean en su mayoría en la etapa de la infancia, debido a una necesidad emocional, y de amor, no atendida por uno de los padres de la manera que para nosotros era la correcta. Cada herida genera una máscara que solemos utilizar, como escudo protector, o para no entrar en contacto directo con el gran dolor que llevamos en nuestro interior, y por consiguiente hacer daño a otros. Dependiendo de la profundidad de la herida, la máscara (Falsedad) se activará más a menudo a lo largo de nuestra vida.

La mayoría de nuestros fracasos, pecados, errores etc., nos llevan a caer en conflictos con otras personas, bien sean, familiares, amigos, parejas, compañeros de trabajo, en fin, en todo nuestro entorno. Casi siempre sabemos que algo en nuestro actuar, está provocando situaciones negativas en nuestras vidas, oramos, pedimos sanación, buscamos ayuda psicológica, en fin, un deseo grande de sanar ese dolor intenso, que nos impide el cambio que queremos.

¿Qué sucede cuando una herida no cicatriza? En primer lugar, el riesgo a infección, el dolor persistente y si esta se infectare, la consecuente supuración de esta. Así mismo sucede con nuestras heridas del alma, si estas no son sanadas, lamentablemente quedaran expulsando toda la infección producida y el dolor no cederá. ¿Por qué no cesa mi dolor? ¿Por qué es incurable mi herida? ¿Por qué se resiste a sanar? ¿Serás para mí un torrente engañoso de aguas no confiables? (Jeremías 15,18)

 Si somos observadores, muchas de las personas o nosotros mismos, tendemos a herir a otros, en el área que hemos sido heridos. Por ejemplo: No recibimos amor, ni palabras de halagos de parte de nuestros padres, entonces actuamos generalmente secos, o pocos expresivos en nuestras relaciones con otras personas. Posiblemente por sentir o por reclamos de los seres más queridos, recibimos quejas tales como: Que seco eres, que duro eres al hablar, ¿no sientes amor? ¿Por qué eres tan negativo? Etc.…Paulatinamente esto va generando conflictos internos, y conflictos externos. A cada árbol se le reconoce por su propio fruto. No se recogen higos de los espinos ni se cosechan uvas de las zarzas. (Lucas 6,44).

Hoy me inquieta el señor a escribirte sobre lo que he podido aprender, para sanar heridas producidas en mi alma en la etapa de mi infancia, estas producidas por mis padres, con tal fin, y de corazón puedas ser tu corazón sanado. Amen

Lo primero que aprendí fue a dejar de ser VÍCTIMA, entendí que de la misma manera que mis padres me había hirieron, ellos también habían sido heridos. Esto me llevó a comprender y extender el verdadero perdón para la liberación de esta área en mi vida. No juzguen, y no se les juzgará. No condenen, y no se les condenará. Perdonen, y se les perdonará. (Lucas 6,37)

Seguidamente profundice en el mandamiento de Dios con respecto a nuestros Padres: Honra a tu padre y a tu madre, que es el primer mandamiento con promesa; para que te vaya bien, y seas de larga vida sobre la tierra. (Efesios 6 2-3). Todos los mandamientos de Dios son para nuestro bien, no son leyes del mundo, no son diseñadas para una clase o género, son simplemente mandatos de amor que nos ayudan a caminar en Santidad. Es el mismo amor de Jesús el único capaz de hacernos cambiar y cumplir con estos mandatos. En muchas ocasiones tuve que olvidar situaciones para lograr honrar a mis padres. ¿Ustedes me preguntaran cómo y para qué? Bueno, la razón es porque hice vida en mi la palabra de Dios que dice: El (Dios) hace cosas nuevas, entonces para que El haga cosas nuevas, yo tengo que permitirle disminuir y minimizar las cosas viejas. El para qué, para lograr honrar a mi Padre y Madre, sembrar honra y recibir honra de parte de mi hija. Aquí se abriría mi corazón para la sanación de las heridas de mi infancia.

Todos queremos ser, dar y hacer mejor con nuestros hijos, de lo que nuestros padres lo hicieron con nosotros. Muchos logramos ciertas cosas, otros son incapaces de hacerlo, la razón es porque se ha creado un patrón que no se ha podido romper, es una herida abierta, que, en vez de ser testigo y bendición para la siguiente generación, es veneno y putrefacción. ¿Qué trato de explicarles? Cuando estos patrones están siendo impedimentos para nosotros cumplir con Dios en el rol de Padre que se nos fue dado, lo primero que debemos evaluar es: ¿QUE NOS DUELE? QUE NOS ASFIXIA, QUE DE NUESTRO PADRES NOS CAUSÓ DOLOR, QUE ES LO QUE NUESTRO HIJOS NOS RECLAMAN CON DOLOR, cuan grande o pequeña que sea la situación, debemos IDENTIFICARLA, seguidamente pasar por el proceso de LUTO de la mano de Jesús y abrir nuestro corazón a la sanación.

 Por eso, así dice el Señor: Si te arrepientes, yo te restauraré y podrás servirme. Si evitas hablar en vano, y hablas lo que en verdad vale, tú serás mi portavoz. Que ellos se vuelvan hacia ti, pero tú no te vuelvas hacia ellos. (Jeremías 15,19). Noten que use la situación de Jeremías para tratar de graficar el dolor, la lucha, el proceso de caer y levantarse, de pronunciar palabras de maldición etc. Cuando nuestro entorno se vuelve estrecho, difícil, angustiándonos al extremo; cuando el desánimo golpea con toda fuerza nuestras endebles emociones; cuando tristeza y auto compasión se acercan como “hadas benefactoras” "condoliéndose" de nosotros, en este mismo instante viene la palabra de vida:

“Si reconoces como barbaridades y locura lo que estás pensando y diciendo, yo te restauro, te sano. Si escoges hablar mi Palabra y no tus pensamientos, si escoges creer en mí y no en tus sentimientos, yo te usaré como mi portavoz. Haré de ti mi mensajero, no solo por el simple conocimiento teórico que despliegues, sino por el conocimiento vivencial, producto de una vida totalmente rendida a mí”, Simple: deseo que lean estas palabras imaginando una sonrisa de Dios en su boca, que en vez de que suenen amenazadoras, suenen en sus corazones de manera dulce: RECONOCE QUE ESTAS HERIDO, QUE HAS HABLADO Y HECHO BARBARIDADES, SI ESCOGES HABLAR LO BUENO, EDIFICANTE Y VERDADERO, SI CREES EN MI Y NO EN TUS SENTIMIENTOS, YO TE USARE COMO MI PORTAVOZ; Que es un porta voz? Aquel que habla en nombre de otro, es decir, que nuestro sentir cambiará al sanar y nuestra boca y actuar será de bendición. Seguidamente dice: QUE ELLOS SE VUELVAN A TI…Y NO TU A ELLOS (NO REGRESAREMOS MAL PROCEDER). Qué maravillosa promesa, pues es el resumen de una verdadera restauración.

Cuando por deseo propio, aun sin entender que era el mismo Dios amándome desde siempre, comencé a amar a mi hija, apoyarla, atenderla, a guiarla, hacerme su confidente, ha edificarla, a estar allí para ella, a bendecirla etc.…comencé a notar una profunda sanación en mí. Más aún cuando mi proceso de conversión empezó hace 13 años, pues entendí que, desde ante que conociera a Dios, Dios Padre por su misericordia había comenzado su obra en mí.

Hoy en día, ya no soy victima de esas heridas, puedo ver a mis Padres con un amor más puro, ambos están en la presencia del Señor. Ya mis heridas han cicatrizado, o por lo menos la mayoría de ellas y Dios ha cumplido su promesa: Ve y habla de sanación a mi Pueblo. Yo he decido mostrar mis cicatrices como testimonio para animarlos y para que sean sanos en el nombre de Jesús.

Mi mejor consejo: SE EL PADRE O MADRE, QUE DESDE NIÑO QUISISTE QUE FUERAN LOS TUYOS. Las carencias afectivas, las palabras hirientes, el abandono, la necedad, malos consejos, todo…comienza a NEGARSELO A TUS HIJOS, experimentaras un amor sanador, pues estarás sembrando sanidad y cosecharas tu propia sanidad. ¡Aleluya!

Proverbios 23 24-25 El padre del justo se regocijará en gran manera, y el que engendra un sabio se alegrará en él. Alégrense tu padre y tu madre, y regocíjese la que te dio a luz.

Proverbios 17,6 Corona de los ancianos son los hijos de los hijos, y la gloria de los hijos son sus padres.

 

Saludos y Oraciones


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