Tuesday, August 18, 2020

¡MUJER LEVÁNTATE QUE ERES PROFETA DE UNA NACIÓN! (Parte I)

 

Profeta uno que anuncia o trae un mensaje de Dios. Un profeta es uno que habla por Dios. (Amós 3, 7-8) -(Amós 7, 10-16).

A los verdaderos discípulos de Dios en esta era cristiana se les mostraron los casos por venir por el Espíritu Santo de Dios. (Juan 16, 13). Dados a ello porque creyeron, oraron y obedecieron a Dios. (Hechos 5, 32). Éstos cristianos tenían un buen entendimiento, porque ellos guardan los mandamientos de Dios y los cumplen. (Salmo 111, 10)-(Apocalipsis 22, 7-14).

Donde quiera que usted se encuentra una obra de Dios que cumpla estas condiciones que guarde los mandamientos de Dios, allí también encontrará a Dios revelando sus secretos, lo que significa lo hablando a sus profetas. (Amós 3, 7).

También debe entender que los profetas no tienen que llevar a cabo milagros en público para ser genuinos. Juan el Bautista fue un profeta de acuerdo con Jesús. (Mateo 11, 7-10). Pero él no está registrado como llevando a cabo ni una clase de milagros en público. Realmente, la palabra se registra, Juan no hizo milagros. (Juan 10, 41). Jesús le dijo a los fariseos que una generación adúltera buscaba señales, más allá de la exactitud profética. (Mateos 12, 38 - 40).

¿Cuáles son las credenciales del profeta?

Ellos no eran graduados de las instituciones teológicas, reconocidas en sus días. Moisés tenía problemas para hablar en público. (Éxodo 4, 10).

Jeremías era demasiado joven. (Jeremías 1, 6).

El llamado de Pablo. (Romanos 1, 1) -(1 Corintios 1, 1) -(Gálatas 1, 1).

Incluso el propio Jesús no tenía destacadas características personales que lo pusieron a él aparte de los demás, si ese hubiese sido el caso, los líderes religiosos no le hubieran pagado a Judas para que lo identificara con un beso. (Mateos 26, 47 48).

La profecía es la manifestación del Espíritu Santo de la cual Dios da un mensaje dirigido al cuerpo de creyentes presente en una reunión con el propósito de la edificación exhortación y consuelo. La profecía no se recibe como un hábito, sino como pasión transeúnte (algo que está de paso). Con sencillez llega a ti. Es por eso que no hay inconveniente en que a un mismo profeta se le haga la misma revelación profética varias veces.

Pero hay un Dios en el cielo que revela los misterios, y él ha hecho saber a su majestad lo que va a pasar en el futuro. Voy a explicarle a su majestad el sueño y las visiones que ha tenido mientras dormía. (Daniel 2, 28) -(Marcos 4, 11).

Procuren, pues, tener amor; y al mismo tiempo aspiren a que Dios les dé dones espirituales, especialmente el de profecía. El que comunica mensaje profético, lo hace para edificación de la comunidad, y la anima y consuela. El que comunica mensajes proféticos, edifica a la Iglesia. Jesús mismo dio los dones a los hombres (1 Corintios 14, 1-6)-(Efesios 4, 1-12).

 

Se puede ver a través de la Biblia en el Antiguo Testamento y en el Nuevo Testamento que hay siete clases diferentes de profecía. La más común que he visto y bien activada: Sueño, visión e visto en ellas la plenitud del Espíritu Santo. Hay otras profecías que he dado y me han dado que son para un momento, para una situación específica.

¿Por qué profetizar? Porque edifica y tiene la fuerza de levantar una persona, ciudad y hasta una familia, que sus huesos por situaciones y dificultades de la vida se hayan secado y se sientan sin vida, sin esperanza. (Ezequiel 37, 1-14).

El don de profecía es uno de los dones más maravillosos que posee el cuerpo de Cristo. Y es dado a todo bautizado. Ya que es un don sobrenatural para recibir divinamente un mensaje del mismo corazón de Dios. Para las cosas distantes o futuras. Es un don que Dios desde el Antiguo Testamento usó. Eligió a grandes hombres y mujeres para bendecir a su pueblo a través de la profecía y darle aviso de lo malo y de lo bueno, del presente y futuro. (Catecismo numeral 941, 942).

Como podemos ver inmediatamente la audacia de la profecía y su propósito. La profecía no es dar una prédica, NO es una enseñanza. La profecía es un mensaje que viene directo de la boca de Dios, mediante revelación y dirigida a los creyentes que están presente. Es Dios el que habla en la profecía, directamente en primera persona. La profecía y las enseñanzas son dos cosas diferentes y ambas son necesarias.

En la profecía debe haber un orden al operar la profecía, no todo el mundo hablando a un mismo tiempo, eso es desorden, Dios es un Dios de orden por lo tanto se requiere disciplina y dirección del Espíritu Santo. (Proverbios 29, 18).

Los profetas interpretan los tiempos y temporadas de Dios, anuncian. La profecía es una revelación divina sobrenatural. La profecía tiene que ver con declarar el futuro de una persona o nación. Los santos hombres de Dios hablaron siendo inspirados por el Espíritu Santo. Las revelaciones que Dios ha dado a lo largo de todas las edades, a sus siervos los profetas, se debió a que les concede el don del Espíritu de profecía. Dios también ha utilizado a los ángeles para que ellos comuniquen la voluntad de Dios al hombre Pablo lo llamó espíritus administradores al servicio de Dios. (Hebreos 1, 14).

Dios ordena tú pasos, como profeta, él escuchó cuando te entregaste, y eres guiado por su voz. Entiendes que sus caminos son más altos y descansas en él, confía en él, sabes que los planes que tiene para ellos son para darles un futuro y una esperanza, sabes que Su palabra no regresa vacía, sino que el propósito por la cual la envió se cumplirá. (Isaías 55, 11).

Entonces estamos convencidos de que cada detalle de nuestras vidas se entrelaza continuamente para encajar en el plan perfecto de Dios de traer la palabra profética a nuestras vidas y a la vida de los demás. Porque somos sus amados, que hemos sido llamados a cumplir su propósito. Dios es un Dios de detalles. (Romanos 8, 28).

Nunca hace nada el Señor sin revelarlo a sus siervos los profetas. (Amós 3, 7).

Isaías profetiza sobre Jesús y su nacimiento y que nacería de una Virgen. Dios a través de Isaías dio a conocer detalladamente el propósito por el cual enviaría a su Hijo. (Isaías 7, 10-14) -(Isaías 9, 1-6) -( Lucas 1, 26-35).

 

Jesús y la mujer de Samaria. La samaritana reconoció que Jesús era un profeta. ¿Qué le dijo Jesús a esta mujer que ella lo reconoce como profeta?

Jesús le dijo: Ve a llamar a tu marido y vuelve acá. La mujer le contestó: No tengo marido. Bien dices que no tienes marido, porque has tenido cinco maridos y el que ahora tienes no es tu marido. Es cierto lo que has dicho. Al oír esto, la mujer le dijo Señor, ya veo que eres un profeta. (Juan 4, 8-19).

La mujer samaritana declaraba a su pueblo: Él me ha dicho todo lo que he hecho. Jesús se quedó entre los samaritanos dos días y al final ellos decían a la mujer: Ya no creemos por lo que tú has contado. Nosotros mismos lo hemos escuchado. (Juan 4, 39-42).

A Pablo se le fue revelado por boca del profeta Acabó su sufrimiento que enfrentaría en Jerusalén. ¿Dónde estaba Pablo? En casa de Felipe el evangelista que tenía cuatro hijas profetas. (Hechos 21, 8-14) -(Hechos 11, 28-29).

Profecía para cada persona que lee esta enseñanza.

Así dice el Señor: ¡Prepárense porque este no es el tiempo de rendirse! Es el tiempo de creer. Ya no es un tiempo de espera. Viene la cosecha de toda su fidelidad, y tú corazón se regocijará con gran alegría. (Salmo 126, 1-6).

 

María Sosa (Ministerio Mujer Levántate).

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