Thursday, August 6, 2020

CREO QUE ESTOY ARANDO CONTRA LA CORRIENTE

 

Que el amor abrazador de nuestro Señor Jesús la cubra para que usted pueda sentir la paz sobrenatural de Cristo en su interior.

 Voy a basar este mensaje en algo que usted dice: CREO ESTOY ARANDO CONTRA LA CORRIENTE. En mi país se dice; estoy nadando contra la corriente como el Salmón.

 Pues el cristiano vivo que predica un Cristo de victoria, a un Cristo lleno de alegría porque derrotó en la cruz del calvario el pecado del mundo. Ese discípulo de Cristo siempre nadara contra la corriente de este mundo. El mundo no puede entender el amor de Dios incondicional por el pecador y mucho menos cuando sus hijos lo practican por amor a él.

 El Salmón le cuesta sobrevivir, no solo de las aguas heladas, sino también por la fuerza de la corriente, pero el Salmón siempre sobrevive por su perseverancia. El Salmón es un alimento delicioso. El cristiano debe ser un alimento delicioso para el prójimo.

 Lo primero que tuve que entender como sierva de Dios, es que había sido llamada por Dios para su Reino. No porque mi esposo era un adúltero, sino porque el sintió misericordia de mi pobreza y toco a mi puerta tan fuerte que mi corazón se abrió a él. Soy yo la que necesito de Dios, como mujer como ser humano. He llegado a entender que, sin él, no soy nada. también he llegado a entender que, aunque vaya a misa diaria, haga todo los Rosarios del mundo sin amor, son como plumas que se lleva el viento.

 Para poder amar a otro ser humano tengo que entender como hijo de Dios que lo que más le agrada a Dios, es el amor. Muchas veces gastamos demasiadas energías en la conversión de otro, sin darnos cuenta de que la nuestra se nos escapa de las manos, porque el amor del mundo nos dicta que todo lo que hagamos, debemos hacerlo en el nombre del hombre y no en el nombre de Dios. Voy a misa porque sé que voy a tener un encuentro personal con ese Cristo en la Eucaristía. No a pedirle lo que más desea mi carne, es estar con él y ofrendarme y una vez que me ofrendo, él toma todo lo que mi corazón guarda y queda ofrendado a él porque por medio de la Eucaristía me hago uno con Él. Esto es disfrutar una misa...en lo personal.

 Hay una anécdota que me impacta, porque cuanto más he meditado en ella más verdad encuentro en ella. Se dice que había una señora que vivía frente a la Iglesia. Una gran servidora de Dios. Pero todos los días lo primero que hacía cuando entraba en la Iglesia era arrodillarse y confesar los pecados del esposo con detalles. Anoche salió con Petra y la camisa venia marcada lápiz labial color rojo, ella se reía mientras él le cantaba en el oído, perdona Señor a esa malvada mujer que le roba la voz a mi esposo. Hoy hago tres Rosarios por los pecados de mi esposo. El día siguiente Señor, perdona esa malvada Sofía, que con su baile sexual le roba la vista a mi esposo. Hoy comienzo una novena para el perdón de los pecados de mi esposo, por poner los ojos en el baile de esa malvada mujer. Así lo hacía siempre de rodillas ante el altar.

 El viejo sacerdote que la escuchaba le decía: despierte hija no podemos cambiar a nadie, solo Dios. Padre necesito confesar los pecados de mi esposo, su esposo tiene que venir a confesar sus propios pecados. Venga la confieso, no padre soy buena, soy feliz confesando los de mi esposo. Dedicó toda su vida en oración por los pecados del esposo. Un día murió el esposo, murió el sacerdote y después algún tiempo ella. Esperando para entrar al cielo, veía de largo a su esposo sentado a todo platicar con el sacerdote que nunca quiso y ella feliz decía, lo logre mi esposo entró al cielo.

 De repente cuando le tocó su turno un ángel la tomó de un brozo y le dijo usted no pertenece aquí. Entonces le dice la mujer al Ángel, hay una equivocación ese hombre que está sentado con ese sacerdote es producto de mis súplicas a Dios. Y el Ángel le dijo ese fue su problema nunca escuchó a Dios a través de la voz de su sacerdote, donde le decía despierta hija, no puede cambiar a nadie necesitas de Dios, confiese sus pecados y no los ajenos... El Ángel terminó diciéndole, usted creyó que solo su esposo necesitaba el cielo.

 Usted se debe estar preguntándose, que desea decirme con esta anécdota. Usted tiene que levantarse y todos esos retiros vivirlo para usted, para su renovación mental. Porque si su mente entra en una renovación toda esa ansiedad de llamar a su esposo se calma y usted esperará por el momento que Dios tiene para esa cita divina entre usted y su esposo.

 Usted misma se está lastimando y por supuesto las heridas siguen sangrando, Cuando hay una cicatriz es señal de una sanación. No hna. Dios jamás ayudará a un ser humano prosperar mientras este esté haciendo daño a su familia. Que el pretenda ser feliz y que todo le va muy bien como un buen actor de cine eso es diferente. Satanás es muy astuto, engaña haciendo creer que está muy feliz, de triunfo en triunfo, mientras la realidad es que va directo al matadero.

 No permita que el enemigo deposite esas ideas dentro de su mente, su esposo en pecado no puede ser feliz en su interior. Por fuera puede pretender, pero usted puede leer la palabra y ver con claridad que el pecado es muerte. Y su esposo está en adulterio. No podemos competir con el pecado, al contrario, tenemos que ser imitadores de Dios, odiar el pecado, pero amar el pecador.

 Por favor medite y vea que el enemigo la está confundiendo a usted, no puede permitir este tipo de ataque porque esto no es confiar plenamente en Dios. No importa que navegue como el Salmón contra la corriente si lo hace de las manos de Jesús.

 Que la paz de Cristo que sobrepasa todo entendimiento humano sea sobre usted y toda su familia.

María Sosa ( Ministerio Mujer Levántate)


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